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Hace un mes, la actriz ganadora del Globo de Oro y de ascendencia puertorriqueña, Gina Rodríguez, se unió a los afroamericanos que buscan mayor inclusión en el premio Oscar. Pero aprovechó para abogar por su comunidad, la latina, al decir que, pese a que han ganado presencia en EU, los papeles desarrollados por latinos aún son pocos y poco éxito en taquilla.

Rodríguez, a diferencia de Will Smith y su esposa Jada, no culpó a la Academia, es más, señaló que, de haber culpables, serían los propios latinos, ya que no consumen producciones hechas por sus connacionales y no están interesados en historias sobre ellos.

Para la actriz, el talento de los latinos nunca ha estado en duda, razón por la que desde enero comenzó su Movement mondays, que busca reconocer a aquellos latinoamericanos que enriquecen el entretenimiento en EU.

Actualmente 17% de la población de EU es latina pero su representación en series y películas alcanza 4%. Según Chris Aronson, presidente de distribución doméstica de Fox, los latinos ven 9.5 películas al año, algo que se debería de reflejar en las ganancias de los filmes protagonizados o con temáticas latinas. Pero no siempre ocurre.

Una muestra de ello es la cinta César Chávez —dirigida por Diego Luna y protagonizada por Michael Peña, actor estadounidense de padres mexicanos— que en taquilla tuvo 6.7 millones de dólares de los 10 que costó.

Al igual que a Luna, a la ex uggly Betty, América Ferrera, le sucedió algo similar cuando en 2002 estrenó Las mujeres reales tienen curvas, filme con el que llamó la atención de los críticos, pero no de la audiencia, que hizo que el filme obtuviera 7 millones de dólares de los dos que costó.

Caso similar al de la realizadora mexicana Patricia Riggen, quien estrenó en 2015 su epopeya acerca de los mineros chilenos atrapados a más de 700 metros bajo tierra durante 69 días tras el derrumbe de la mina San José.

El filme protagonizado por Antonio Banderas, Juliette Binoche y Kate del Castillo registró en taquilla 24 millones de dólares de los 26 que costó realizarla. El anterior filme de Riggen, La misma luna, había tenido mejor suerte, costó 1.7 millones y recaudó 23.

Otra película que fue un fracaso, pese a tener en su elenco a una nominada al Oscar como Adriana Barraza fue From Prada to nada, protagonizada por el estadounidense de origen venezolano Wilmer Valderrama y la actriz de descendencia brasileña Camille Belle. La comedia romántica basada en Sensatez y sentimiento , de Jane Austen, tuvo pérdidas mayores a los 3 millones de dólares, ya que de los 7 millones que costó sólo recuperó 3.7 millones.

Es por estos ejemplos que Rodríguez opina que la razón por la que en los últimos años ningún latino ha brillado en el Oscar en las categorías de actuación se debe a una cuestión económica. “No hay un latino como directivo de un estudio, eso significa que ningún estudio pondrá su dinero en un latino, no creen que podemos hacer que su dinero fructifique. Me han dicho una y otra vez ‘los latinos no quieren ver películas latinas’; por desgracia es cierto. No digo que vayan a ver una película que no les guste, digo que si quieren vernos representados, si desean ver latinos nominados, tenemos que apoyarnos”, dijo esta semana a Variety.

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