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En los más de 30 largometrajes que tiene en su carrera, Rob Schneider ha interpretado a un tuerto, un cojo, un nativo americano, un inmigrante y hasta a un sexoservidor.

Con estos estereotipos —aseguró— quizá hoy no se puede bromear, pues afirmó que el mundo se ha vuelto políticamente correcto, lo que a veces coarta la libertad para hacer comedia.

En su visita a México para presentar su nuevo filme, Ridiculous 6, el comediante habló con EL UNIVERSAL y, fiel a su estilo desenfadado y desparpajado, lanzó un consejo al mundo:

Come on!, no se tomen todo tan en serio, la comedia está hecha para reírnos de nosotros mismos, nos libera de nuestro hastío. Es un género en el que la crítica siempre ha estado presente
y puede ser más profundo de los que aparenta”, dijo.

Schneider sabe mejor que nadie sobre reírse de las tragedias y los aciertos de él y de su comunidad (país).

Durante algunos años formó parte de Saturday Night Live, late show que se caracteriza por su crítica mordaz a las celebridades y el gobierno con el humor como principal arma.

Ese tipo de humor es el que el actor de 52 años se niega a dejar morir pues, afirmó, es el que logra que la gente cobre conciencia de las cosas negativas del mundo, a pesar de que, señaló, es un tipo de humor que cada vez se enfrenta más a la censura en cine y tv.

“Creo que como sociedad nos estamos tomando las cosas más en serio y olvidamos que los estereotipos sólo son un recurso para hacer una crítica más profunda, creo que se nos olvida y el ser políticamente correcto en ocasiones lo único que provoca es más segregación”, dijo.

Esto es algo que él, Adam Sandler y el elenco de Ridiculous 6 —cinta que produce Netfix—, vivió hace algunos meses, cuando un grupo de nativos americanos (indios) abandonaron el set de filmación al argumentar que en la cinta se les estereotipaba.

A la idea se unieron algunos organismos en favor de la no discriminación, quienes planeaban boicotear la producción del largometraje.

“Creo nos hemos convertido en seres hipersensibles, si somos claros, la película se llama Ridiculous (ridículo) por una razón, es una burla, es un chiste, no es que los actores creamos lo que dicen nuestros personajes”, detalló.

Schneider explicó que el filme es una sátira a los westerns y a los estereotipos que este género popularizó, por ello necesitaban de situaciones y personajes así para poder realizarlo.

“Lo que buscamos en esta película fue burlarnos de estereotipos y no crearlos, en el filme hay actores de muchas etnias, cada uno explota sus estereotipos, de eso se trata, de reírnos de nosotros y de demostrar que hay cosas más dañinas y que nos segregan que un show o película de humor”, dijo.

El comediante se refiere a los comentarios racistas que hace unos meses hizo el magnate Donald Trump, mismos que él rechazó, al asegurar que su hija —que procreó con su esposa, Patricia Azarcoya Arce— es mitad mexicana y mitad estadounidense y, contrario a lo que dijo Trump, el único delito de su pequeña es saber dos idiomas a tan temprana edad.

El humor del intérprete de filmes como Este cuerpo no es mío y Animal también se hace presente en el reality show que protagoniza junto a su esposa, en la que se burla de su propia figura en Hollywood.

“Creo que uno debe reírse de uno mismo, es sano, creo que, si me dejará llevar por lo que la gente ha dicho de mí a lo largo de mi carrera, no estaría en este punto, habría dejado este negocio desde la primera crítica, en cambio he aprendido a explotar mis características físicas y sociales para hacer de ellos una carrera y a su vez burlarme de mí mismo”, añadió.

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