Ser Chica Almodóvar no es necesariamente sinónimo de trabajo en cine. Al menos no en México y España, donde a la leyenda Victoria Abril no la contemplan en los proyectos.

Fue en 2008 que la actriz española pisó por última vez, en plan profesional, tierras nacionales, mismo tiempo en que no se le vio en cintas de su país natal, enfrascándose en películas francesas o series televisivas.

Aquí trabajó brevemente en Sólo quiero caminar, coproducida por Canana, empresa fundada por Diego Luna y Gael García Bernal, pero dirigida por el ibérico Agustín Díaz Yanes.

En España va a comenzar el rodaje de Móstoles no es lo que parece o la importancia de llamarse Encarna, lo cual marca su retorno a la Madre Patria en plan cinematográfico.

“Me encantaría trabajar en México, pero no me llaman. No tienen ganas o no piensan en mí, o piensan que no voy a responder o que cobro caro y yo, si una película me gusta mucho, la hago gratis. He hecho ciento y pico de películas y más de la mitad las he hecho cobrando una cifra simbólica”, dice.

¿Se puede sobrevivir así?

(Risas) Bueno, la mitad las hago así, pero las siguientes cobras; es decir, lo que no estoy dispuesta a dejar pasar es una película o papel por culpa del dinero, ¡eso me parece de locos!

¿Llega a cansar seguir siendo llamando chica Almodóvar?

No, con Almodóvar fueron cinco años de mi vida intensos en la que prácticamente vivimos juntos, fueron tres películas que son como los hijos históricos que hice hace 15, 20 años y no cogen ninguna arruga, ese hombre es inmortal. Todas tienen temas clásico: Tacones lejanos es Elektra, de la relación con la madre; Átame es un síndrome de Estocolmo y siendo Banderas (Antonio) el que rapta, pues está muy bien ¿o no? (risas).

En México mucha gente te sigue viendo sexy…

¡Que se tomen algo, yo invito!

¿Qué es el cine?

Mi manera de vivir, mi escape, por él no soy secretaria. Me subí al tren del cine no para ser actriz, sino para no ser a lo que estaba destinada.

¿Hay alguna película de la que te hayas arrepentido hacer?

Más bien por no haber hecho una película de Pedro que es la de Qué he hecho yo para merecer esto. Estaba en México filmando Río abajo con David Carradine y no pude, pero cuando vi la otra, dije, por qué no la hice (risas).

¿Tienes una pesadilla recurrente acerca de tu trabajo?, hay quien sueña que no trae el vestuario adecuado o se le olvidan los diálogos

Hubo una muy graciosa en la que tenía miedo de no tener foco ante la cámara, eso pasaba y no tenía, entonces ya no se puede trabajar así y tampoco me pueden llamar para películas.

Buena mamá

La vida privada de Victoria está lejos de ser la provocadora y de carácter fuerte mostrada en las películas. Es alguien que puede ser una buena mamá, protectora de sus hijos y de varios niños sin padres.

Dice que su mejor papel ha sido cuidar a sus pequeños, por los cuales llegó a detestar a los paparazzi.

Desde hace tiempo apoya a la organización no gubernamental O Africa, que ayuda a huérfanos.

“Los paparazzi me molestaban, sobre todo cuando iban detrás de mis hijos; siempre he querido para ellos una infancia y vida normal, para que luego no me detesten y vayan al psicoanlista por 10 años (risas)”, expresa.

¿Cómo va la fundación?

La hizo una amiga mía y luego me llamó para ayudarla cuando le dejaron 20 niños en la puerta. Lo que hace esta organización es que no hay orfelinatos: se mandan los niños con sus familiares, si los tiene, y se les apoya económicamente. Si no, les busca familias que los acojan. Lo importante es que los orfelinatos en condiciones infrahumanas, se han cerrado”.

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