Durante mucho tiempo el futuro siempre se concibió —en libros y películas— con aparatos que funcionaban con el leve toque de un dedo o con robots realizando tareas similares a las de los humanos.

La primera parte se cumplió hace varios años con la introducción de la tecnología digital. En lo que toca a máquinas humanoides, se encuentra en proceso de consolidación a nivel mundial, aunque hay países que destacan como Japón.

¿Cómo se encuentra la situación de la robótica en el país?

Son frecuentes las historias de estudiantes mexicanos que triunfan en el exterior en campeonatos y certámenes. Van dos ejemplos. El pasado 11 de junio EL UNIVERSAL publicó la historia de una academia de robótica en Gutiérrez Zamora, Veracruz, que acumula 160 premios internacionales. Ese mismo mes, el día 24, dio cuenta de una selección mexicana integrada por alumnos de la Universidad Tecnológica de la Mixteca, del Instituto Tecnológico Autónomo de México, del IPN y del Centro de Investigación de Matemáticas (Cimat), quienes en conjunto llevaron cinco robots al campeonato mundial de robots futbolistas RoboCup 2018.

Hay interés en jóvenes por demostrar sus conocimientos en la materia y por participar en certámenes fuera del país. Si se promoviera la robótica desde temprana edad, el interés invariablemente sería mayor.

En el tema de educación, México tiene ahora un nuevo reto. Actualmente no hay nociones de robótica en preparatorias, secundarias y mucho menos en primarias, a pesar de que escuelas privadas promueven ese tipo de conocimientos a niños desde los siete años.

Este fin de semana la Ciudad de México fue sede del Mundial de Robótica, en el que participaron más de mil jóvenes de entre 14 y 18 años procedentes de 180 países. La representación mexicana se ubicó en el lugar 12. En la ceremonia de clausura estuvo el presidente electo Andrés Manuel López Obrador. “Esta es la educación del futuro”, dijo en un mensaje, lo cual envía una señal prometedora de que se tomarán acciones para impulsarla.

Y es que no se trata sólo de crear robots humanoides , sino de construir, por ejemplo, artefactos que puedan detectar o desactivar explosivos, vehículos de exploración espacial, brazos quirúrgicos para realizar operaciones de alta precisión, prótesis para quien ha perdido alguna extremidad o incluso máquinas que puedan preparar o servir un café.

En la actualidad esta tecnología llega principalmente del exterior. Es tiempo de que México comience a dar los primeros pasos para producir tecnología promoviéndola desde el aula. En esta cruzada ningún estudiante debe quedar excluido.

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