Impresionantes vestigios mayas, pintorescas ciudades coloniales, exuberantes y espléndidos escenarios naturales definen la esencia de Guatemala, un país que invita a descubrir, recorriendo distancias relativamente cortas, innumerables atractivos tanto para quienes se inclinan por los viajes culturales como para los aficionados a la aventura.

LO IMPERDIBLE

Iniciar en la ciudad de Guatemala. El Centro Histórico y la Zona Viva son lo más sobresaliente. Jake’s, a la hora de la comida, es el favorito de los capitalinos, con un menú de cocina internacional y agraciado lounge bar.

Hospedarse en el hotel boutique El Convento, en la ciudad de Antigua —primera capital de Centroamérica y, desde 1979, Patrimonio Cultural de la Humanidad— para recorrer a pie sus encantadoras calles empedradas y acercarse a la Catedral, el Convento de Capuchinas y la Ruta de los Museos.

Bistrot Cinq, de comida francesa casera, con buen brunch dominical, y Mesón Panza Verde, de cocina internacional contemporánea, son alternativas recomendables para comer o cenar.

Programa una visita a Chichicastenango, a unos 180 kilómetros de la capital. Es un pueblo famoso por su colorido mercado (especialmente los jueves y domingos) que mantiene vivas sus ancestrales costumbres mayas. Adquiere artesanías a precios muy accesibles.

Aquí hallarás la Iglesia de Santo Tomás, que fue construida sobre una pirámide. Se afirma que aquí se encontró el Popol Vuh. Y en la escalinata —que representa los 18 meses del calendario maya— es común ver a chamanes practicando rituales.

Planear una escapada de fin de semana al Lago de Atitlán. Sin duda es de los lugares más espectaculares y visitados del país, enmarcado por los volcanes Atitlán, Solimán y San Pedro y rodeado por pequeños pueblos con carácter propio, en los que Panajachel es considerado corazón del lago. Ubicada en una de las zonas altas del lago, Casa Palopó es un encantador Relais & Chateaux de nueve habitaciones.

Agendar un recorrido guiado al corazón de la selva petenera hasta la Isla de Flores, el lago Petén Itzá y el Parque Nacional Tikal. Es una región llena de misticismo que, además de albergar una reserva de la biósfera, resguarda importantes sitios arqueológicos mayas. Puedes acceder por avión hasta Ciudad Flores y de ahí en coche a Tikal. Si el tiempo lo permite reserva un par de noches en La Lancha, resort boutique con 10 cabañas en pleno Lago Petén.

Si los deportes extremos, como el rafting o la espeleología son lo tuyo, entonces incluye en tu itinerario una visita a la región de Verapaces, especialmente a los rápidos del río Cahabón o al Parque Nacional Grutas de Lanquín.

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