Lo mejor de Cozumel puede apreciarse desde una alberca. Además de la vista hacia una diminuta caleta, la piscina del Hotel B llama la atención por un mensaje en letras grandes: “Just be”, que está ahí para recordarte ser tú mismo y vivir el presente.

La estructura ya existía tiempo antes de la inauguración de este alojamiento boutique, hace cinco años. Su diseño era circular, pero tras el paso del huracán Wilma, en 2004, su forma quedó con el aspecto actual, como “volcada” hacia el mar. Junto a la poza, hay un pequeño jacuzzi.

Se ofrece servicio de bar; sirven mojitos de sandía y margaritas con chile habanero. Además, el año pasado se inauguró un bar flotante, a unos metros de tierra firme.

Casi todos los cuartos tienen vista al mar, y cada artesanía presente en la decoración se encuentra a la venta para los huéspedes. Se imparten clases de yoga, talleres de arte y cocina. Además, existen programas de desintoxicación.

El tour: la isla es un buen destino para el buceo y el esnórquel. Touroperadores como Cozumel Sports te llevan a distintos arrecifes de la zona, entre ellos Columbia y El Cielo; en estas zonas la claridad es muy alta y puedes ver especies como mantarrayas y estrellas de mar.

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