Ricardo Segura / EFE/Reportajes

El auténtico hotel al aire libre es una cama doble situada sobre un suelo embaldosado, con un muro de poco más de medio metro de altura a sus espaldas y dentro de una especie de refugio, ligeramente excavado en la tierra, para resguardar a los huéspedes de las corrientes de aire.

  1. Experiencia única y especial

La habitación con vista a las estrellas, sin paredes, techo, ni edificación alguna, fue creada por los artistas Frank y Patrik Riklin y el profesional hostelero Daniel Charbonnier, conocidos por desarrollar previamente otro concepto innovador: el hotel “cero estrellas”.

Estos tres socios acondicionaron en 2009 un búnker nuclear y lo transformaron en el primer Null Stern Hotel.

Ahora estos artistas y empresarios le dicen “adiós” al mundo subterráneo y “hola” a las estrellas bajo el lema de “cero inmuebles”.

La nueva versión del Null Stern se gestiona por los residentes locales de la localidad de Safiental, en Suiza, quienes dan la bienvenida a los visitantes con hospitalidad, bajo el concepto de “la única estrella es usted”.

Aquí solo encontrarán una cama con su correspondiente cabecera, mesitas de noche con lámparas y un par de taburetes, sin paredes ni tejado, pero eso sí, con aire fresco. Tampoco cuenta con baño, pero solo hay que caminar 10 minutos para acceder a los servicios sanitarios.

  1. Mayordomos con camisa blanca

Un grupo de modernos camareros, vistiendo guantes blancos y corbatas, consienten a cada huésped. Les sirven un licor “a pie de cama” por la noche y el desayuno por la mañana; mientras que el servicio de habitaciones asea y prepara el cuarto una vez que está desocupado.

Los impulsores de la iniciativa buscan aplicar el concepto en diferentes regiones de Suiza, para mostrar el esplendor de sus paisajes.

Esta nueva versión es radicalmente diferente a la del búnker, pero persigue el mismo espíritu: “Poner al huésped en el centro de la experiencia y enfocarse en lo intangible, reduciendo todo lo demás al mínimo”, dice Daniel Charbonnier.

Además, prevén redistribuir por toda Suiza el sistema de camas subterráneas, convirtiendo al país en un gigantesco hotel, donde los paisajes sean como el imaginario edificio que alberga las habitaciones al aire libre, centrando la atención en la experiencia hospitalaria.

“Dormir allí en una cama a mil 800 metros de altitud, rodeado de montañas y con solo las estrellas por encima de uno, es en verdad una experiencia única en su tipo”.

Para hacer reservación en este alojamiento VIP entra al sitio de la Oficina de Turismo de Safiental. www.safiental.ch.

SCHSC

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