Una contrarreloj de 14 kilómetros abre hoy en Duesseldorf el Tour de Francia 2017, el evento más importante de la temporada ciclista, en una edición marcada por las grandes medidas de seguridad y por lo abierto del resultado.

En la ciudad alemana, conocida como “el pequeño París”, estarán permitidas todas las esperanzas para los 22 equipos que forman parte de la carrera.

Algo muy diferente a lo que ocurrirá el 23 de julio en los Campos Elíseos, al término de los 3 mil 540 kilómetros de un recorrido cuyo final se adivina impredecible hasta que se dispute la crono de la penúltima etapa, en Marsella.

Para el suéter amarillo, el británico Chris Froome y el australiano Richie Porte protagonizan un ‘tuya-mía’ por ver quién se queda con el papel de favorito.

“El hombre a vencer es Richie”, asegura Froome en vista del buen estado de forma y de los resultados de su rival.

“Chris es el vigente campeón”, replica Porte a propósito de su antiguo compañero de equipo. “Pero no hay que olvidarse del resto”, matiza.

“Hay una cantidad inusual de favoritos”, confirma el francés Romain Bardet, portador de las esperanzas de su país tras el segundo puesto obtenido en 2016.

“Físicamente es Porte el que más me ha impresionado, pero cómo dudar de un corredor que ha ganado tres veces la prueba”, indica Bardet en referencia a Froome.

Todos coinciden en que este año hay ocho o nueve candidatos serios a copar el podio. Entre ellos está el ‘escarabajo’ Nairo Quintana, un habitual de la carrera que todavía espera su consagración.

También forma parte del grupo de favoritos el español Alberto Contador.

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