Rafael Nadal alcanzó un nuevo récord al conquistar su décimo torneo de Barcelona, tras imponerse a Dominic Thiem por 6-4 y 6-1, en una final en la que el austríaco compitió a gran nivel en el primer set y se desmoronó por completo en el segundo.

Una semana después de convertirse, en Montecarlo, en el primer hombre en atesorar diez trofeos de un mismo torneo en la Era Abierta, el español repitió hito en la pista recién bautizada con su nombre.

“Significa mucho para mí ganar aquí, en mi casa. Estoy muy feliz y emocionado”, confesó Nadal.

“Son dos torneos súper especiales para mí; es el inicio de tierra soñado”, añadió el tenista balear, que repitió su ritual de celebrar en la piscina del Real Club de Tenis Barcelona, aunque esta vez estuvo escoltado por personas que llevaban carteles con el 10.

Tras la de Montecarlo, Nadal cerró en Barcelona otra semana de gran tenis. Rápido, sólido y paciente, el nueve veces ganador de Roland Garros no cedió ni un solo set en su camino hasta la final de hoy, que le exigió una de sus mejores actuaciones en lo que va de año.

Número nueve mundial y gran pegador, Thiem lo obligó a luchar por cada punto en la primera manga de su gran duelo.

Ya en el primer juego del partido, con servicio de Nadal, el joven austriaco, de 23 años, lo amenazó con una bola de ruptura, luego de tenerlo seis minutos intercambiando golpes de una punta a otra de la pista.

Fue un anuncio de lo que vendría después. Más cómodo con su servicio que el español en los primeros compases del partido, Thiem no se dejó intimidar por el buen tenis del ya legendario Nadal.

“En un torneo con tanta historia, y ganar diez veces es difícil de explicar y de describir la sensación”, continuó el ibérico. “Es algo difícil de hacer, que se consigue desde el trabajo diario y uniendo suerte y otras cosas. Vienen otros dos muy importantes para mí, como Madrid y Roma”.

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