Apareció el dios del futbol vestido de blaugrana. “Pulga“ mágica, decisiva hasta en la agonía.

El milagro lo logró Lionel Messi en el estadio Santiago Bernabéu, cuando parecía que el Real Madrid se quedaba con el empate 2-2 y media Liga en el bosillo. Entonces, el astro argentino se perfiló dentro del área merengue. Sin el nervio de la última jugada puso el balón abajo, imposible para la estirada del portero Keylor Navas.

Silencio en la “Casa Blanca”, mientras Messi mostraba su playera, soberbio y con su leyenda creciente, por hacer su gol 500 oficial con la camiseta culé. Era el minuto 92 y el Barcelona, gracias a su diminuta deidad, consiguió los tres puntos, que le colocan como líder de la Liga española. El 2-3 final “incendió” al plantel catalán.

“Si a alguien le sorprende cómo juega Messi, tiene que repasar la historia del futbol. Que siga así, que lo necesitamos. A Lio le puedes poner donde quieras, hasta de lateral, que si tiene ganas...”, describió el volante barcelonista, Iván Rakitic, tras la victoria de su equipo en el Bernabéu.

Lio llevaba desde el 23 de marzo de 2014 sin ver puerta ante el Real Madrid. Aquel día marcó un hat trick en el Bernabéu para que el Barcelona se llevara un triunfo por 3-4.

El Barcelona olvidó las penas europeas con la victoria en el Clásico ante el Real Madrid (2-3) y un tanto de Leo Messi en la prolongación, el 500 de su cuenta en el Barcelona, lo que le permite salir del Santiago Bernabéu como líder de la Liga.

El Barcelona, que venía de sufrir el mazazo de la eliminación de la Champions League a manos de la Juventus de Turín y sin el sancionado Neymar, se jugaba todo.

Como contraparte, el cuadro merengue superó, con sufrimiento incluido, su eliminatoria europea ante el Bayern Munich para instalarse en semifinales. Razón por la que aparecía como favorito para el Clásico.

El brasileño Casemiro inauguró la cuenta a los 28 minutos al aprovechar un rechace del palo a remate de Sergio Ramos, pero el Barcelona remontó con dos magníficos tantos.

Los blaugramas reclamaron en diversas ocasiones al árbitro del encuentro que debió expulsar —con la razón de su parte— que el contención madridista debió ser expulsado.

El argentino Leo Messi igualó el encuentro poco después de la media hora (33’) y el croata Ivan Rakitic firmó el tanto del triunfo a los 73’ con un disparo colocado desde fuera del área.

El Real Madrid, con diez hombres por la expulsión de Sergio Ramos con roja directa a los 77 minutos por una dura entrada a Messi, consiguió igualar por medio del colombiano James Rodríguez a los 86’, pero la estrella argentina exhibió sus galones y firmó el 2-3 a los 92’.

Messi volvió a ser la deidad en el Bernabéu. El Barcelona ya manda en España. 

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