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Adiós al sueño auriazul por rugir en el próximo Mundial de Clubes. Los Pumas fueron eliminados 0-3 (global 1-4) por Tigres, que sin mostrar mucho oficio en el Olímpico Universitario, lograron pasar a las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf.

El recinto de Ciudad Universitaria lució pletórico durante la noche de ayer. La afición puma fue mayoría. Cumplió. Mas no su equipo.

La escuadra local del técnico Paco Palencia vio el regreso de Alfredo Saldívar en la portería, mientras que en la banca se reservó al uruguayo Matías Britos.

A los ocho minutos, Pumas mantenía el dominio y cerca estuvo de abrir el marcador en jugada a balón parado, cobrada con un tiro de Javier Cortés que el guardameta Nahuel Guzmán desvió a tiro de esquina.

Pasaron 30 minutos y la balanza poco a poco cambió de lado, al de los regios y pese a la salida de Damián Álvarez por lesión.

Jürgen Damm, a los 32 minutos, abrió el marcador tras bajar el balón dentro del área y rematar de frente a las redes del “Pollo” Saldívar para el primer tanto de la noche.

El marcador adverso prendió la tribuna y sus “goyas”, que poco a poco pasaron a rechiflas hacia sus ídolos, en especial con la enorme falla del canterano Jesús Gallardo, que al quitarse a tres jugadores de Tigres y meterse al área no logró definir en solitario.

Para el segundo tiempo, Pumas siguió sin variables al ataque, pese al ingreso de Britos. La defensa fue exhibida sin tanto esfuerzo de unos regiomontanos ordenados.

La visita sabía que el juego estaba en la bolsa. Y para hacer válida la confianza en los pupilos de Ricardo Ferretti, Damm se encargó de nuevo de perforar la meta para el 0-2, a los 64’. Y 22’ más tarde, el zarpazo final lo propinó un ex puma, Luis Quiñones, para acabar con las aspiraciones internacionales de la UNAM.

Hace un año, Pumas peleaba por haber historia en Libertadores, pero cayó en cuartos. Ayer, volvió a sufrir una noche trágica.

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