”Estoy cabreado”, dice Francisco Jémez. El español no encuentra la explicación del por qué Cruz Azul no puede finiquitar los juegos.

“No encontramos el agujero. Tenemos un grave problema de cara al gol... Llegamos mucho, pero no podemos concretar”, dice mirando hacia el piso.

“No nos vamos a bajar del barco”, añade. “Esto no es normal, que lleguemos tanto y que no hagamos un gol. Esto es algo más profundo que la ansiedad. Pero —a medida que pasan los partidos— se pierde la tranquilidad. No creo que haya que trabajar en algo mental”.

Eso sí, se echa la culpa: “La responsabilidad es mía. Los jugadores deben estar tranquilos. Vamos a buscar juntos cómo salir de esto. Nunca he ganado nada por casualidad, ni la lotería. Lo que he conseguido es por trabajo... No encuentro una explicación clara. Estas cosas pasan y hay que tragárselas... No podemos caer en que somos unos pobrecitos”.

Para seguir sumando puntos en contra, al final del partido algunos jugadores cementeros se quejaron de que el asistente número uno, Alejandro Ayala, se burló de ellos, sobretodo de José de Jesús Corona, con quien se encaró. 

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