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Ha viajado casi 13 mil kilómetros con la ilusión de escribir una de las páginas más gloriosas en la historia del futbol femenil mexicano, pero Christopher Cuéllar solicita no olvidar que el proceso de ese balompié no es tan vertiginoso como el que practican los varones.

A unas horas de debutar en el Mundial Sub-17, el director técnico del Tricolor refrenda su objetivo de alcanzar —por lo menos— los cuartos de final, aunque sí pide mayor seguimiento a lo que se hace para intentar captar el talento con el que son conformados los distintos representativos nacionales.

“Siempre vemos a la Selección, pero no abajo, la estructura. Tenemos que mejorar mucho eso para que nuestra Selección pueda lucir, ser lo más fuerte”, reconoce el estratega, en entrevista exclusiva con
EL UNIVERSAL realizada en el CAR, poco antes de su partida a Jordania. “A lo mejor, la gente nada más está viendo el Mundial, no el proceso”, por lo que aconseja ser cautos con lo que suceda en el Medio Oriente. Su equipo comparte el Grupo A con las anfitrionas jordanas, España y Nueva Zelanda.

“Hay que tomarlo con calma. Vamos por buen camino”, diagnostica Cuéllar. “A lo mejor, más lento de lo que todos queremos, pero hay buenas ideas sobre la mesa que nos permitirán tener a una Selección más fuerte en los próximos años”.

Los primeros 90 minutos se jugarán este viernes frente a las oceánicas. El lunes, el rival será Jordania y se cerrará la etapa grupal el viernes de la siguiente semana ante la Furia Roja.

A Christopher no le hurta el sueño medirse con las jordanas; al contrario, “es mejor, porque lo que quieres es esa experiencia de jugar contra un equipo local. Sabes que va a haber mucha gente, así es que vivir esa experiencia va a ser muy importante para su desarrollo”. Ese partido será el único que juegue fuera de la capital de Jordania. Se llevará a cabo en Irbid, ciudad ubicada a unos 70 kilómetros al norte de Amán.

Desea que todas respondan a las expectativas, más allá de que conforman un grupo ecléctico... Al menos en costumbres. De las 21 elegidas para el certamen, 10 son nacidas y criadas en México; las otras 11, mexicoestadounidenses.

Cuéllar comparte que la mezcla se debe a que “es muy difícil captar talentos [de este lado de la frontera], porque realmente no sabes dónde están jugando. No hay una programación, como hacen los varones, por ejemplo de ir a un América contra Cruz Azul”.

“No tenemos eso, así es que nos ha ayudado el inicio de la nueva Liga del Sector Amateur. Ahí captamos a jugadoras para nuestro siguiente proceso”, agrega. “Ya con la formación de más Ligas organizadas podemos mejorar nuestra captación de talentos en el país”.

Dificultades que no se experimentan en Estados Unidos, donde se aprovecha la infraestructura montada por una nación que es potencia en el balompié femenil.

“Hicimos una visoría en Los Ángeles, a la que llegaron niñas desde Texas. Hay algunas que participaron en la Olimpiada Nacional con el IME, el Instituto de Mexicanos en el Extranjero. Hay otras que son de San Diego, pero compitieron con Baja California”, relata. “Las niñas que tenemos aquí y viven en EU están jugando en equipos más formados”.

“Tenemos a varias jugadoras que pasaron por las selecciones estadounidenses Sub-14 y están jugando con varias de las de allá. Puedo decir que es un poquito más fácil captar jugadoras allá que acá, porque todo el fin de semana están en un torneo y puedes ir a verlas...”.

Vicisitudes a las que está habituado. Jordania 2016 es su tercera Copa del Mundo como director técnico, segunda al frente de la Sub-17. Su primera experiencia fue en Azerbaiyán 2012 y hace un par de años, en Canadá, estuvo al frente de la Sub-20. En ambas ocasiones quedó fuera en la primera ronda; hoy la ambición es mayor.

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