Torreón.— Matías Almeyda pudo sonreír hasta el túnel que encamina al vestuario. El caos desatado sobre el campo del estadio Corona le impidió festejar la segunda victoria del Guadalajara en el Apertura 2016.

Sufrido éxito de las Chivas (1-0), quienes presumieron orden defensivo y masoquismo. Jugaron en superioridad numérica durante poco más de 20 minutos, pero fueron incapaces de aumentar la ventaja otorgada por el zapatazo de Ángel Zaldívar (16’).

Gol de otro juego. El joven ariete del Rebaño Sagrado recibió un servicio de Edwin Hernández y demostró por qué el “Pelado” le ha confiado la titularidad, pese a que tenía 126 días sin estremecer las redes contrarias en la hoy llamada Liga MX. No lo hacía desde el 10 de abril, cuando marcó el segundo de los tres tantos frente al Puebla (3-0). Con un toque apenas perceptible se desprendió de la marca de Carlos Izquierdoz y venció a Agustín Marchesín con un potente ensayo.

Explosión de júbilo para un equipo que sumaba 220 minutos sin dinamitar las áreas rivales y que ya había perdido a su capitán por una desafortunada acción.

Carlos Salcido salió de la cancha antes de que se cumplieran 600 segundos de juego. Una caída sobre su rodilla derecha le impidió seguir. Al estratega argentino no le quedó más que echar mano de Michael Pérez, uno de los cuatro seleccionados Sub-23 que apenas el viernes regresaron tras el fracaso en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro.

Carlos Salcedo, Carlos Cisneros y Marco Bueno también recibieron minutos de juego. Los dos primeros fueron titulares. El último relevó al poco eficiente Isaac Brizuela y tuvo la oportunidad de aumentar la diferencia, cuando el caos ya reinaba en el césped.

Pese a que el Santos Laguna jugaba con 10 hombres por la absurda expulsión de Néstor Araujo (70’), quien golpeó a Cisneros en mediocampo y pegado a una banda, se las ingenió para arrinconar a un rival que necesitaba el triunfo.

Es por eso que replegó durante los minutos finales, esos en los que el balón estuvo mucho tiempo cerca de su área, aunque gozó de dos grandes opciones para marcar la anotación de la tranquilidad. La primera fue desperdiciada por Carlos Peña, a gran servicio de Bueno, quien erró un penalti cuando se jugaba el sexto minuto de reposición en el complemento.

Marchesín controló la pelota y, en su deseo por darlo pronto a sus compañeros, lo dividió. Zaldívar lo buscó y el guardameta argentino le cometió una clara falta. El silbante Fernando Guerrero señaló el penalti y mostró el cartón carmesí al furibundo sudamericano.

El atacante uruguayo Jonathan Rodríguez se colocó como arquero. Bueno pidió el esférico... Y lo echó por el costado izquierdo del marco local, ante la decepción de Almeyda. Cuarto penalti consecutivo que falla el Guadalajara, segundo en el torneo. No, no todo es culpa del criticado “Gullit” Peña.

Guerrero silbó y el contención Jesús Molina intentó agredir a Zaldívar por un supuesto engaño en la jugada que marcó la expulsión del meta norteño. Una pequeña reyerta inició, por lo que Almeyda tardó en celebrar.

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