El primer episodio en suelo catracho resultó con pobres acciones, con cero goles y con una terrible fractura para el hondureño Luis Garrido tras una jugada sin mala intención.

Corría el minuto 37 entre Honduras y México, en el Estadio Olímpico Metropolitano de San Pedro Sula, cuando Javier Aquino conducía el esférico bajo el acecho de los locales. Luis Garrido llega de frente, pero el mexicano pierde el equilibrio y al caer se produce una palanca con la pierna derecha del hondureño para doblegar la extremidad desde la rodilla.

Aquino se da cuenta de la gravedad del choque y de inmediato pide la asistencia médica para el rival. Garrido abandonó el recinto en ambulancia rumbo al hospital; en su lugar ingresó Arnold Peralta.

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