A Jurgen Klinsmann, técnico de los Estados Unidos, no le importa que haya más gente de México en la grada, “con su camisa verde, porque al final, cuando vean el resultado, seguro que se pondrán la camiseta de los Estados Unidos”.

El alemán se ve confiado, se ve relajado, parece que sobre él no hay una guillotina, parece que no hay un ultimátum, “es que no lo hay. Yo no tengo presión, a mí me gustan estos retos, donde hay mucho que perder, estos son los juegos que quieres jugar”.

Klinsmann ve este partido como un modo de resarcirse después de que no pudo llegar siquiera a la final de la pasada Copa de Oro, “sigo molesto con eso, aunque ya pasó hay algo que no me deja. Ganar este partido ayudará un poco a sacar ese sentimiento”.

Hay respeto por México, hay respeto por la trayectoria “de muchos jugadores y hay admiración por ellos y la historia que han escrito. Y con ese respeto los vamos a enfrentar”.

Predijo como espera el juego, “seguro que van a haber minutos de mucho apremio al principio, pero después vendrá la calma y podremos hacer nuestro juego. Hemos entrenado para todo y espero que la gente repita lo que se hizo en los entrenamientos”.

DONOVAN

A las declaraciones que hizo en su contra Landon Donovan, quien pidió su salida en caso de perder, no respondió con ánimos de ataque: “Es su opinión. Este juego es para todos y pueden opinar lo que quieran. Son sus pensamientos, sus emociones, esto es la parte bella del juego, todos tenemos diferentes opiniones…”.

Abundó: “no hay ningún técnico perfecto a la larga esto es un juego y para saber el resultado hay que jugarlo, después podremos hablar”.

-¿Esto te presiona más?

“No. Las expectativas son altas… Vivo con esto desde hace 35 años, desde que tenía 16. Hemos ganado y perdido algunos juegos, así que hay que trabajar y hacer el partido, después ya veremos”.

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