Cuatro años después de su llegada al banquillo de Estados Unidos, las dudas se ciernen en torno del técnico Jürgen Klinsmann.
La derrota del sábado ante México por 3-2 en Pasadena, California, confirmó la mala racha de una selección que parece haberse estancado en su lento progreso hacia la élite. El buen Mundial de Brasil en 2014 queda en el olvido ante lo que Klinsmann ha llamado como “un año de transición” en el que ha dado oportunidades a muchos jóvenes sin definir nunca un equipo claro.