Clínica de periodismo

La convivencia entre aficionados y los jugadores de los Steelers de Pittsburgh es un gozo absoluto. Los profesionales se divierten con los niños que asisten al Mini Camp del equipo. Mientras que los pequeños demuestran sus habilidades para el futbol americano.

Figuras de la talla de James Harrison, Ramon Foster y Roosevelt Nix son acompañados por los retirados Tyrone Carter, Joey Porter y Santonio Holmes, Jugador Más Valioso del Super Bowl XLIII, cuando Pittsburgh se coronó ante los Cardinals de Arizona.

En la UVM Campus Lomas Verdes, Holmes y compañía firman autógrafos para los cientos de pequeños fans de la franquicia, que cargan variedades de artículos de los Steelers. Los cascos, jerseys, cuadros, posters, gorras y toallas son selladas con las firmas de los ídolos.

Los padres, forrados con los colores del equipo, toman fotografías de los niños con sonrisas de oreja a oreja. Uno que otro adulto se cuela para tomarse una selfie con Harrison o Porter, quienes acceden con todo gusto.

Un fanático apasionado, de los que no se pierde un juego en la temporada, presume un balón firmado por otros ex jugadores del sexto campeonato para los de acero. Holmes, sorprendido y halagado, deja su firma en el ovoide. El afionado no se la cree, pues afirma que era la única que faltaba.

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