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Cuando empieza a lanzar combinación de golpes al costal, Fany Martínez derrocha técnica. Un estilo depurado que no pareciera ser de una niña de 10 años. La misma madurez boxística refleja al hablar del deporte que más le apasiona a su corta edad.

“Estar en un una pelea es como si estuvieras leyendo un libro para un examen. Debes analizar. Si uno va a tirar un upper o mejor conectar un volado. No se trata sólo de salir a lanzar como si fuera un juego. Aparte de que es un hobby, se debe pensar lo que estás haciendo, porque qué tal si tiro un upper, lo esquiva y ya me conectó uno. Por eso digo que es como la escuela, porque esto es de pensar antes de hacer”, apunta Fany en charla con EL UNIVERSAL.

Le apodan la “Niña de Oro”. Su marca amateur es de 43 triunfos por tres derrotas. Y es por ese dominio tan abrumador sobre sus rivales que ha llamado la atención en los gimnasios mexiquenses.

“Las victorias que tengo son sólo por el sacrificio a este deporte. Siempre debes buscar salir con la mano en alto para demostrar de lo que estás hecho. Para eso uno debe cumplir todos los días con los entrenamientos en el gimnasio y escuchar a los entrenadores, que son como los maestros de la escuela”, reflexiona.

La primera vez que asistió a una función de boxeo apenas tenía cinco años. En aquella ocasión vio a Ana María “La Guerrera” Torres ganarle a la japonesa Naoko Yamaguchi, en una pelea realizada en su natal Nezahualcóyotl, en enero de 2011. De inmediato le dijo a su padre que quería ser boxeadora. La razón, porque le gustaban los short con “lucecitas” que usaban las peleadoras.

A los siete años le pidió en una carta a los Reyes Magos entrenar en el gimnasio de “La Guerrera”. Su papá, Emmanuel Martínez, pensó que sería pasajero pero, luego del primer día que la llevó a entrenar, nunca ha faltado.

“Me gana la adrenalina cada vez que tengo a una rival enfrente. Ganarle a alguien es un reflejo de la dedicación que uno le pone a los entrenamientos y al apoyo que recibo de mi familia”, dice.

Sus metas las tiene claras: quiere participar en unos Juegos Olímpicos por México y ganar una medalla de oro, y proclamarse campeona del Consejo Mundial de Boxeo. Pero para continuar en el boxeo, sus padres le han puesto una condición.

“Mi papá me dice que si saco arriba de nueve, me deja venir al boxeo, pero si un día bajo, me retira de esto. La escuela no es difícil para mí. Solamente tienes que llevar control y disciplina en todo momento. Por ejemplo, salgo de la escuela y luego, luego, a hacer la tarea. Luego a comer para posteriormente entrenar. Como me dicen mi papá y las campeonas Irma [‘Torbellino’ García] y Esmeralda [Moreno], la escuela es primero”, enfatiza la pequeña Fany, que también tiene el sueño de convertirse en médica veterinaria.

Al principio no encontraba niñas a quién enfrentar. Incluso, llegó a pelear contra niños para mantenerse activa. Uno de sus mejores momentos hasta ahora fue cuando ganó un torneo amateur en el que le regalaron un cinturón que guarda con aprecio. Pese a sus primeros logros, no siempre ha recibido el visto bueno de su entorno.

“Tengo amigas que me dicen que le eche muchas ganas. Pero otras me dicen que este deporte no es para mujeres. Yo les digo: ‘¿Quién dice que no? ¿Qué no han visto a todas las campeonas mundiales que salen por la tele?’”, lanza retadora la “Niña de Oro”, en defensa de su gran pasión.

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