Si exceptuamos su exitosa colaboración con H&M de 2013, Isabel Marant no había causado revuelo en México. Eso, sin embargo, cambió la semana pasada, luego de que se le acusara de plagiar una blusa oaxaqueña e, incluso, de patentar ese diseño en las cortes francesas. Las redes sociales estallaron en contra de la diseñadora y fue necesaria la intervención de los mismos artesanos para que se calmaran las aguas. Pero, ¿cuáles son los detalles en esta historia que son verdaderos?

Nubes de tormenta. La diseñadora visitó México en un par de ocasiones, una de ellas para un desfile auspiciado por el Instituto de Estudios Superiores Moda Casa de Francia, en 2005. “Isabel recorrió Chiapas y Oaxaca, pero no recuerdo que haya visitado Santa María Tlahuitoltepec, población de donde proviene la pieza. De hecho, ella compró la blusa que causó esta polémica durante una visita al mercado de la Ciudadela, en 2002”, indica una figura de la moda nacional que trabajó con la francesa, y que por motivos profesionales pidió permanecer en el anonimato. Más de una década después, el diseño reapareció para la temporada P/V 2015 de Étoile, línea secundaria de Marant.

Explosión mediática. El diseño pasó inadvertido hasta que, en enero de este año, la cantante Susana Harp notó la similitud entre la pieza original y la versión de Marant durante una visita a la departamental Neiman Marcus. El tema alcanzó poca repercusión hasta mediados de año, cuando los tejedores mixes de Santa María Tlahuitoltepec se quejaron. Paralelamente, y de acuerdo con The Guardian, la casa francoitaliana Antik Batik afirmó tener los derechos de autor sobre la pieza e inició una disputa legal con Marant, quien aclaró en las cortes francesas la verdadera proveniencia de la blusa. El asunto estalló el 16 de noviembre, cuando el portal Noticiasnet.mx retomó la nota, pero agregó algunas imprecisiones, como cambiar el nombre de la empresa a Antiquité Vatik y afirmar que ésta estaba buscando patentar el diseño para asegurar su explotación comercial. La indignación no se hizo esperar. “Patente y derechos de autor son dos conceptos distintos; su principal diferencia es que la primera protege inventos y descubrimientos, mientras que la segunda se encarga de trabajos originales. Curiosamente, nadie compartió el documento en el que Antiquité Vatik solicitó aquella patente”, señala la especialista en moda Eli Estela González. Luego del escándalo, Marant negó las acusaciones referentes a la solicitud de patente, mientras que Harp y el ayuntamiento de Santa María Tlahuitoltepec aclararon algunos detalles. Antik Batik guardó silencio. “El daño está hecho, pero sería útil para la comunidad oaxaqueña si todos los indignados aportaran económicamente a los tejedores mixes”, afirmó la persona allegada a Marant.

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