cultura@eluniversal.com.mx

La ciudad de Chihuahua se renueva con esculturas. En el corazón de la urbe, entre las sedes políticas y religiosas, a unos metros de la zona más antigua y frente a edificios modernos se ha instalado el Corredor Escultórico. Se trata de una muestra artística de la que en el país sólo existen las de Ciudad de México con la Ruta de la Amistad —cuyo mantenimiento es excepcional y ha corrido por cuenta del Patronato Ruta de la Amistad— y los paseos escultóricos de Chetumal y de Nezahualcóyotl.

El Corredor está conformado por 12 esculturas magistrales que fueron instaladas en las calles del Centro Histórico de la ciudad. El conjunto ha ganado la atención de todos los que por ahí transitan y ha conseguido integrarse al paisaje urbano sin desentonar ni robar la jerarquía de los edificios o monumentos que están ahí desde hace tres siglos.

Se trata de obras de 12 artistas mexicanos y uno inglés.

“La selección de los artistas obedeció a la calidad de su lenguaje plástico y armonía entre las piezas a colocar. El proyecto se presentó ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), que emitió autorización y dictamen sobre el permiso para esta obra, y en febrero pasado se presentó ante la Comisión Municipal de Patrimonio Cultural creada para analizar lo referente al mismo. En el marco de esa comisión se creó una subcomisión que evaluó, socializó y da seguimiento”, informó el Ayuntamiento.

Las esculturas se encuentran distribuidas a lo largo de 3 kilómetros. Parten del Paseo Bolívar, cerca de uno de los museos más atractivos de la ciudad, que es la Quinta Gameros; recinto que alberga permanentemente diversos eventos artísticos.

Ahí se montó la obra del artista mexicano-español Vicente Rojo denominada Letra Mayor; la de Federico Silva titulada Un Saludo; la pieza de Fernando González Gortázar llamada El corrido de Chihuahua; la obra del inglés Ryan Isen: La Cascada, así como la del mexicano Manuel Felguérez, titulada Observando la osa mayor.

A lo largo de la avenida Independencia, hasta llegar a la Plaza de Armas, donde convergen inmuebles religiosos y políticos, está otro grupo de las esculturas; a un costado está la Catedral, cuya edificación data de 1725, y el Congreso del estado, con una torre de diseño moderno. A partir de ese punto, sobre la calle Victoria se instalaron Mon Amour, de Águeda Lozano, quien hasta hace unas semanas era la secretaria de Cultura de Chihuahua, pero que renunció por “compromisos profesionales”. También Almas platicando, de Luis López Loza; Gigante de Chihuahua, de José Luis Cuevas; Casa personaje, de Gabriel Macotela; Hija cuida el aire, de Arnaldo Coen; Torí, de Manuel Hernández, además de Divertimento, de Gilberto Aceves Navarro.

El proceso para determinar quiénes serían los 12 artistas invitados al Corredor estuvo a cargo de los curadores Luis Ignacio Sáinz y Juan Álvarez del Castillo; las obras se realizaron físicamente en el taller Majac, propiedad de Álvarez del Castillo, y luego trasladadas a Chihuahua para ocupar su sitio.

El Corredor fue financiado por la iniciativa privada, cada obra tuvo un patrocinador que corrió con los gastos de realización de las esculturas y con los honorarios de los artistas, quienes sólo cobraron una cantidad simbólica; la IP también pagó el transporte y la colocación de las piezas.

En todos los casos, los patrocinadores son negocios locales, ya que se trata de una iniciativa que surgió hace dos años directamente de los propios empresarios. Estos patrocinadores fueron Alsuper, Copachisa, Grupo Interceramic, Grupo Ruba, Grupo Chihuahua, Grupo La Norteñita, Grupo Leogan, Grupo Bafar, Fundación Catalina Russek, Grupo Cementos de Chihuahua, Grupo Pasa y Grupo Crocsa.

Cada uno de los patrocinadores aportó un millón de pesos. “El costo de la obra, a un precio digamos comercial, es de 60 millones de pesos, pero los artistas donaron su trabajo, es el obsequio que hicieron a la ciudad y por ello el costo final fue de apenas una tercera parte”, señaló María Angélica Granados, titular de Desarrollo Comercial y Turístico de la ciudad.

“El Corredor Escultórico es el resultado del esfuerzo común y muestra de que juntos estamos haciendo una mejor ciudad, con espacios públicos ejemplares y con obras de alto valor artístico que permiten el disfrute estético, así como la convivencia de las familias”, mencionó por su parte Maru Campos Galván, alcaldesa de la capital.

Dentro del proyecto también participó el artista plástico originario de Chihuahua, Enrique Carbajal Sebastian, quien no tiene obra en el corredor, pero fungió como enlace entre el Comité encargado del proyecto y los artistas, además de que aportó asesoría en la realización del concepto.

Google News

TEMAS RELACIONADOS

Noticias según tus intereses