recibió el galardón Mexitli en la Cámara de Diputados y, en vísperas del Día de la Bandera, eligió hablar de un tema que resalta la trascendencia del Escudo Nacional, “el único símbolo prehispánico sobreviviente a la colonización”, apuntó el a través de un comunicado.

Esto, porque en un momento desafiante para México y para los connacionales que se encuentran en Estados Unidos, dijo el arqueólogo, es importante recuperar sus signos de resistencia.

“Es preocupante que alrededor de la mitad de las hablas indígenas de nuestro país estén experimentado desplazamiento lingüístico, muchas de ellas están en esa vía. Se necesitan acciones que reduzcan este proceso considerando lo asentado en el Artículo 2 constitucional, referente a la composición pluricultural sustentada originalmente en sus pueblos indígenas”, expresó Matos Moctezuma.

“Es el mejor momento para echar pa’lante y qué mejor que hablar de lo que nos identifica a nivel internacional: la Bandera y el Escudo nacionales”, expresó el maestro en Ciencias Antropológicas, quien aprovechó para comentar que en octubre de este año iniciará la Cátedra de la Universidad de Harvard que lleva su nombre, actividad académica binacional entre México y Estados Unidos, la cual comenzará con una ponencia suya en el Museo Nacional de Antropología.

El arqueólogo estuvo agradecido por la concesión del galardón Mexitli, obra escultórica que recuerda al sacerdote que condujo a los mexicas hacia Tenochtitlan, autoría de Pedro Ramírez Ponzanelli.

Sobre el reconocimiento comentó que éste responde a 50 años de trayectoria dedicados a su pasión: la arqueología, disciplina que ha ejercido en sitios como Cholula, Comalcalco, Bonampak, Tula y Teotihuacan, pero sobre todo en el Templo Mayor de México-Tenochtitlan, el “Lugar junto al tunal”, donde generó el proyecto de investigación homónimo y el Programa de Arqueología Urbana.

Esta travesía la inició el arqueólogo del INAH con una imagen del Teocalli de la Guerra Sagrada, un monumento prehispánico hallado a inicios del siglo XX en las inmediaciones de Palacio Nacional, donde aparece esa representación, en la que el águila, encarnación del dios Huitzilopochtli, no devora una serpiente, sino el atlachinolli (“agua quemada”).

nrv

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