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La firma de arquitectura Richard Meier & Partners es sin duda una de las más importantes del planeta. De la mano de Bernhard Karpf, socio de Richard Meier desde hace 28 años, se han creado importantes proyectos en Europa, Latinoamérica y Estados Unidos. Karpf fue uno de los diseñadores del Museo Burda en Baden-Baden, Alemania, aclamado por la crítica mundial. También bajo su cargo estuvieron recientemente el diseño y la construcción de las Oficinas Leblon, en Río de Janeiro, y el Surf Club, en Miami Beach. Uno de sus proyectos actuales son las Torres Reforma en la Ciudad de México y el edificio de departamentos Engel & Völkers en Hamburgo. EL UNIVERSAL tuvo oportunidad de hablar en exclusiva con el artista.

Para Bernhard, “la Ciudad de México en sí misma es excitante. Es una ciudad vibrante cuya arquitectura histórica y moderna es extraordinaria. Contribuir a su linaje arquitectónico es un sueño hecho realidad”, dijo el creativo que actualmente también desarrolla un proyecto de un gran edificio de departamentos en Hamburgo, Alemania.

Según Karpf, las diferencias de trabajar entre ambos países son enriquecedoras, “hay un nivel de espontaneidad e improvisación al trabajar en México, pues no todo está planeado y las cosas evolucionan durante la construcción. Las Torres Reforma pasaron por tres fases, cambios de programa, del lugar en general. Todo mientras la construcción estaba en proceso. En contraste, nuestro proyecto en Hamburgo está diseñado con antelación casi hasta el último nudo. Ya se tienen todos los permisos y todo se resolvió en el papel antes de que la primera excavadora llegara a la tierra. Experiencias tan diferentes como ésta son muy útiles para calibrar nuestras expectativas y métodos: no hay bueno o malo”.

Una de las cosas que más le sorprendió al arquitecto de trabajar en México fue la hospitalidad de sus clientes, “los tres clientes con los que hemos trabajado nos enseñaron casi cada esquina de la ciudad y nos invitaron a excelentes restaurantes mexicanos que avergonzarían a cualquier restaurante mexicano de Nueva York. Si el tiempo lo permitía siempre nos gustaba visitar uno o dos edificios notables. Por supuesto, la Casa de Luis Barragán fue uno de los indispensables, así como el Museo Nacional de Antropología y el campus de la UNAM”, comentó. 
Para él, una de las cosas más sorprendentes de las Torres Reforma son las vistas que se tienen desde los pisos más altos, “en un día claro se puede ver toda la ciudad”. 
Y es que una de las cosas que más disfruta hacer el experto cuando visita un país es observar la vida cotidiana de las personas, “los sonidos, los olores”, afirmó.

Karpf también estudió literatura y si no hubiera sido arquitecto, le hubiera encantado ser periodista. 
Sigue siendo un ávido lector, según contó: “Leer siempre ha sido uno de mis entretenimientos favoritos, las historias, las vidas paralelas, de dónde venimos y hacia dónde vamos… Uno de mis escritores favoritos y cuyas historias resuenan especialmente cuando visito México es Gabriel García Márquez”.

Para Bernhard, lo mejor de trabajar codo a codo con Richard Meier es la libertad creativa que éste le ha dado, “Richard es muy abierto cuando se trata de nuevas ideas de diseño siempre y cuando en ellas haya mucha luz natural en el edificio. Siempre se le ha asociado con el color blanco, pero eso no nos detuvo para hacer nuestro primer edificio en color negro, una torre residencial aquí en Nueva York”, explicó el artista.

Por si fuera poco, el equipo de Karpf también está empezando a trabajar en el desarrollo de un resort en la costa sur de España. Sin embargo, el sueño de este exitoso arquitecto sigue siendo: “¡Que un día suene el teléfono y alguien me pida diseñar un estadio de fútbol soccer!”

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