La Unesco colocó hoy en Estambul cuatro nuevos lugares en su preciada lista de Patrimonio de la Humanidad, entre ellos los trabajos del arquitecto suizo Le Corbusier (1887-1965), pero también el proyecto urbano Pampulha en Belo Horizonte (Brasil).

El Comité de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, reunido en la metrópolis turca desde el pasado día 10, decidió acortar en tres días y cerrar hoy su encuentro tras el intento golpista de Turquía del pasado viernes.

La candidatura de Le Corbusier fue presentada por Argentina, Bélgica, Francia, Alemania, Suiza, India y Japón.

La mayoría de los diecisiete edificios recogidos por la candidatura se hallan en Francia y Suiza, pero también figuran la casa Curutchet en la ciudad argentina de La Plata, el Museo Nacional de Tokio y el complejo del Capitolio en Chandigarh en India.

Además pasaron a la lista el Conjunto Moderno de Pampulha en Belo Horizonte (Brasil), terminado en 1943 y construido en torno a un lago artificial.

Contiene un casino, una sala de baile, un club de golf y una iglesia (Francisco de Asís), concebidos por el arquitecto brasileño Oscar Niemeyer, junto con entonces artistas novatos.

Asimismo, la Unesco colocó en su lista los astilleros británicos de la isla caribeña de Antigua, construidos en 1720, y el Parque Nacional de Khangchendzonga en el norte de India, en la ladera del monte Kanchenjunga entre Nepal y Bután.

Para más tarde, hoy, está previsto que se acepte la candidatura del archipiélago de Revillagigedo, al sur de California (EEUU), presentada por México por su valor único como ecosistema y respaldada por los organismos asesores de la Unesco.

El viernes por la tarde ya habían sido aceptados los dólmenes de Antequera en la provincia española de Málaga, el complejo de la ciudad armenia medieval de Ani en el extremo noreste de Turquía, el conjunto histórico de Filipi en el noreste de Grecia y, a última hora, el complejo de las Cuevas de Gorham en la colonia de Gibraltar, presentada por el Reino Unido.

Estas cuevas figuran como patrimonio cultural, no natural, porque su valor reside en las trazas de su ocupación por el hombre Neándertal, que habitó esos lugares durante más de 125.000 años.

Dejaron así testimonios de sus hábitos como cazadores, el uso de plumas decorativas y hasta grabados abstractos, señala la Unesco.

cvtp

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