A finales de febrero pasado, mientras supervisaban la cimentación de postes que se instalarán para iluminar la fachada de la Catedral Metropolitana, ingenieros que colaboran con el Fideicomiso del Centro Histórico (FCH) se toparon con una lápida funeraria del siglo XVI cuyas inscripciones indican que se trata de un destacado clérigo que fue parte del cabildo de la primera Catedral de México, construida a petición de Hernán Cortés.

Ayer, en conferencia de prensa, el arqueólogo Raúl Barrera, director del Programa de Arqueología Urbana (PAU) del Museo del Templo Mayor, equipo que tuvo a su cargo los trabajos de excavación y registro del hallazgo, explicó que la lápida tallada en piedra podría estar protegiendo los restos del canónigo español Miguel de Palomares, quien era integrante del cabildo eclesiástico de la primera Catedral, durante el obispado de fray Juan de Zumárraga, el primer arzobispo de la ciudad de México.

“Es muy probable que allí se encuentren los restos de este canónigo, que fue un personaje muy importante; llegó en la primera mitad del siglo XVI, estuvo en Veracruz y luego se trasladó a la ciudad de México”, sostuvo el arqueólogo al indicar que en los próximos días removerán la losa para poder continuar con las excavaciones. La pieza, de 1.87 metros de largo, 90 centímetros de ancho y un espesor de 30 centímetros, se ubica a 1.25 metros de profundidad del nivel de la acera, frente a la puerta central de la actual Catedral, y será trasladada al Museo del Templo Mayor para su consolidación.

Barrera resaltó la importancia de este descubrimiento, ya que es la primera vez que se identifica una lápida de un alto clérigo asociado a la primera Catedral de México, construida por encargo de Hernán Cortés en 1524, cuyos vestigios están debajo de los cimientos de la actual.

El investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dijo que durante la excavación también se identificaron restos de muros prehispánicos, lo cual refuerza la idea de que ese edificio religioso fue construido sobre las ruinas mexicas.

Sobre la losa están grabados un texto en castellano antiguo y unas letras griegas que indican que se trata del último sitio de descanso del clérigo, así como el lugar y fecha de su nacimiento y muerte. Posiblemente nació en Calahorra, España, y falleció en la Ciudad de México en 1542.

También se pueden ver tres flores de lis, símbolo relacionado con la orden dominica. Sin embargo, Barrera señaló que aún no es posible afirmar que haya pertenecido a esa orden e indicó que están en proceso de investigación, con lo cual corroborarán estos datos previos.

La lápida presenta un orificio al centro y está partida a la mitad. Esto se debe a obras de infraestructura que posiblemente se realizaron en la época colonial, aclaró Raúl Barrera. “Te nemos evidencia de que ese orificio fue provocado al colocar un poste de madera, lo cual afectó a la lápida”, dijo y explicó que para removerla, la levantarán en dos partes.

Según el arqueólogo, la excavación, que ahora se encuentra protegida a la vista del público por unos páneles de madera, aportará datos para marcar los límites entre la antigua Catedral y su camposanto.

Presente en la conferencia de prensa, el arqueólogo Eduardo Matos Moctezuma explicó queel hallazgo resulta interesante porque corresponde a la primera mitad del siglo XVI, a uno de los primeros sacerdotes en México después de la Conquista, en 1521, por lo que reflejará datos para conocer las primeras etapas de la épocacolonial.

rqm

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