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Ganar los espacios públicos con actividades artísticas y culturales es el sello que  José Mariano Leyva  pretende darle a su gestión al frente del Fideicomiso Centro Histórico (FCH). “La cultura es indispensable para ganar espacios, atrae e invita al diálogo”,  sostiene el historiador en entrevista.

A ocho meses de su llegada a ese organismo dedicado a la recuperación y conservación del centro de la Ciudad de México, el historiador señala que se ha dedicado a dar continuidad a los proyectos y pendientes que dejó la administración pasada, como la recuperación de El Caballito —que fue dañado por trabajadores contratados por el FCH en 2013—,  pero también a buscar propuestas para recuperar los espacios y plazas públicas mediante contenidos. “No basta con recuperar espacios y edificios. Estoy convencido que si se hace y sólo se deja la obra, poco a poco puede regresar a lo mismo porque son zonas complicadas”,  dice.

Actualmente, comenta, el Fideicomiso trabaja en 15 proyectos de intervención en edificios y espacios del centro, como la recuperación de calles y fachadas en las calles de Perú, Cuba y Brasil para recuperar la zona que va hacia la Lagunilla y la construcción del puente liga que se construye en la zona arqueológica de Templo Mayor, que unirá Guatemala y Argentina.

Hay que ‘desocultar’ El Caballito.  Leyva asegura que una de las prioridades desde que comenzó su gestión ha sido el tema de la recuperación de El Caballito. “Ahora quien coordina todo es Sitios y Monumentos (de la Secretaría de Cultura), pero el INAH y nosotros seguimos acompañándolos, a nosotros nos tocará hacer la parte de contratación a partir de que todos estemos de acuerdo de quién va a hacer la restauración. Si todos sale bien, las contrataciones estarían comenzándose a hacer este mes, en algunas semanas más”, aseguró el 17 de marzo pasado. “Entiendo que la gente esté desesperada, pero creo que más vale hacerlo bien que hacerlo rápido… No está detenido (el proyecto de diagnóstico y recuperación), estamos trabajando, a todos nos urge que ya empiece”, afirma el historiador.

Dice que han sostenido reuniones con Sitios y Monumentos y el grupo de especialistas que realiza el diagnóstico de la escultura y han estado discutiendo el costo de la restauración, aunque aclara que todavía no hay un presupuesto fijado. Cuando esté listo el presupuesto y el proyecto ejecutivo de restauración se harán públicos, promete:  “No hay nada que ocultar. Más bien, hay que ‘desocultar’ El  Caballito”.

Sin embargo, según el restaurador Mauricio Jiménez, coordinador del equipo que trabaja en el diagnóstico de los daños de la escultura, las autoridades no han tenido acercamiento formal con ellos, por lo que no se ha podido elaborar el  diagnóstico final, mucho menos diseñar  el proyecto de restauración.  La última reunión formal que sostuvieron, dice, fue en octubre del año pasado, cuando el gobierno de la Ciudad de México y Conaculta (ahora SC) firmaron el convenio de colaboración para restaurar El Caballito.

Iluminarán Catedral. Uno de los proyectos ambiciosos que ya arrancó este organismo,  con la autorización del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), es la iluminación de la Catedral Metropolitana, que estará listo entre julio y agosto.

La idea, explica Leyva, es iluminar de manera permanente la fachada de este edificio que, hasta ahora, pasa desapercibido por las noches. “No se tocará nada de la Catedral y la luz será totalmente neutra para que no se dañe nada y se respete por completo la fachada”, advierte. Por eso, explica, uno de los primeros pasos ha sido abrir zanjas en la banqueta frontal del edificio para colocar el cableado que funcionará para iluminar la fachada. “Todo irá por la parte de abajo y se están utilizando unas luminarias que ya estaban allí para iluminar la Catedral y la banqueta para los peatones”.

Anuncia que más adelante también se iluminará la fachada del Antiguo Colegio de San Ildefonso y otra cara de la Catedral, la que da hacia la calle de Brasil. En este caso, las luces se colocarán en el edificio del Monte de Piedad.  Todo esto, aclara, se hará de la mano con INAH. “Ellos tienen los lineamientos para el respeto del patrimonio y que no se afecte”.

Manzanares para los niños. Además de la rehabilitación de las calles en la zona norte del centro, el FCH continúa con el rescate de las calles y rincones de la Merced. Uno de los proyectos que había comenzado la administración pasada es la recuperación de la casa más antigua de la Ciudad de México, ubicada en el número 25 de la calle de Manzanares. El inmueble, el único que queda en pie desde el siglo XVI, permanecía abandonado y al borde del colapso, pero con una primera fase de obras, según explica Leyva,  se ha logrado afianzar sus muros, quitar la maleza que lo invadía y las construcciones posteriores que ocultaban sus paredes originales. Durante este 2016 se realizará la restauración final y podría estar lista a finales de año.

Construido como casa habitación en el siglo XVI, el inmueble cuenta con diversas habitaciones que, una vez recuperadas, funcionarán principalmente como espacios para talleres y actividades para niños. “Vamos a tener un programa de música para niños y trabajaremos con el promotor cultural Jesús Petlacalco, que tiene un programa de historias y leyendas para niños”, detalla el historiador.

La propuesta, explica, es recuperar este inmueble y sus alrededores, tradicionalmente vinculados  a la prostitución, como un espacio para los niños: “La zona se presta mucho: hay una tienda de juguetes clásicos, una escuela primaria, esta casa antigua que parece escuela y los propios callejones que dan a vecindades con muchos niños. Hay que armar algo para los niños, y entre juegos y talleres, sacarlos a la calle. Así cambiaremos el giro de la zona”, afirma.

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