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El fortalecimiento del dólar amenaza la programación de diversas instituciones culturales, algunas de las cuales reconocen que hay alerta amarilla ante la depreciación del peso.

De octubre de 2014 a la fecha el dólar ha subido 35.4% y esto ha ocasionado que insumos, pagos a los artistas, contratos, compra de equipos, transporte y seguros deban pagarse a un precio más alto del que originalmente se calculaba. En menor medida, situación similar se presenta frente al euro.

EL UNIVERSAL buscó a instituciones públicas y privadas para conocer qué medidas se han tomado o tendrán que tomarse. Ni el Instituto Nacional de Bellas Artes ni el Instituto Nacional de Antropología e Historia respondieron a las peticiones de información sobre el tema. Estas instituciones tienen programadas actividades internacionales como las muestras de Arte Maya en Berlín o la de Arte Mexicano en el Grand Palais, de París. Cómo afectará la depreciación del peso estos y otros eventos es algo que las instituciones no han respondido.

Producción editorial. Instituciones como el Fondo de Cultura Económica y la Dirección General de Publicaciones de la Secretaría de Cultura aceptan que el alza del dólar impactará en sus costos de impresión porque el papel y las tintas se cotizan en dólares. Eso, desde luego, pegará en el precio de venta de los libros y afectará la inversión en
compra de libros importados.

Adriana Konzevik, gerente de Producción del FCE asegura que “el papel que el Fondo utiliza para los libros que imprime es de fabricación nacional en alrededor de 98% de las obras; sin embargo, el costo de la importación de insumos (especialmente celulosa) para la fabricación de papel se incrementó por la variación en el tipo de cambio. Por ello, calculamos el alza en los papeles de impresión entre 20 y 30%”.

Agrega que en cuanto a las maquilas (un porcentaje bajo de la producción del FCE), el aumento en los últimos dos años es, en promedio, de 20%.

Martha Cantú, gerente comercial del FCE, abunda: “Este año tenemos programado comprar cerca de 20 mil ejemplares importados. El alza del dólar generará un alza en todo servicio o producto que se cotice en esa moneda: aduanas, embarques y libros que se adquieren en dólares. El incremento generará, inevitablemente, un incremento en los precios finales al público”.

Ambas reconocen que todavía no se sabe con certeza si la difícil situación económica mundial obligará a reducir la producción editorial. “Es probable que sí”, admiten. La decisión dependerá en buena medida de los ingresos propios que se generen. Por lo pronto, las coediciones y los libros electrónicos son alternativas para bajar costos.

Marina Núñez Bespalova, titular de la Dirección General de Publicaciones, coincide en que el alza en el tipo de cambio del dólar impactará sobre todo en el papel y la impresión.

“La impresión también se incrementa cuando la producción se hace fuera del país. En ocasiones suele sacarse la producción a Hong Kong, a China y a otras ciudades de ese país, porque los tirajes salen más baratos. Impacta al consumidor de libros porque si una librería importa libros del exterior también sufre un incremento en el precio. Esta es la parte negativa, sin embargo, creo que se puede sacar una parte positiva, de oportunidad, tiene que ver con los libros electrónicos”.

Sus propuestas apuntan a mirar el mercado del libro digital y reforzar la impresión nacional convencida de que hacer los libros en México va a resultar más barato que fuera del país.

Contrataciones de artistas. En octubre del año pasado el tenor Ramón Vargas renunció a la dirección artística de la Ópera de Bellas Artes por “restricciones presupuestales” que “dificultaron que los recursos fluyeran al ritmo que las condiciones de contratación internacional exigen”. Hace unos días, durante la presentación de la programación de la compañía ahora dirigida por la soprano Lourdes Ambriz, el subdirector del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Sergio Ramírez Cárdenas, amplió las razones de la salida del tenor:

“El tema del presupuesto que mencionó el maestro Vargas a su salida, tuvo que ver, básicamente, con la fluctuación que hubo y que sigue habiendo en los tipos de cambio. Esto hace que un presupuesto que tiene una denominación en moneda nacional, en la práctica se vea menor y que alcance para menos, sobre todo en la cuestión de lo que cuesta tener cantantes internacionales, que es una práctica normal en cualquier casa de ópera y con los costos alrededor de la ópera que, aunque sea nacional, todo va subiendo. Sube la madera, sube la pintura, suben los hoteles, los alimentos, etcétera. Con la cantidad muy cercana a los 50 millones que había, se sintió desarmado para cumplir con las metas que se había planteado”, explicó el subdirector.

Hasta el momento se conoce únicamente la programación de la compañía de los primeros seis meses de 2016, porque, dijo Lourdes Ambriz, se estaban concretando “alianzas” con otras instituciones y las actividades del resto del año se tendrían que anunciar con todos los participantes.

La OBA contrata constantemente, como en otras casas de ópera, a cantantes extranjeros y a cantantes nacionales con experiencia internacional cuyos honorarios son cobrados en dólar. Por ejemplo, cantantes como el propio Vargas cobra 15 mil dólares por función de una ópera completa, que al tipo de cambio del día de ayer podría significar 273 mil pesos; Francisco Araiza 25 mil dólares por gala (455 mil pesos), Javier Camarena, 24 mil dólares (437 mil pesos); entre los más modestos se puede contar a George Peten que cobra 9 mil dólores por función (164 mil pesos); es decir, 35% más que en 2014.

Otro de los casos que ejemplifica la situación son los próximos conciertos de la Orquesta Mariinsky que se llevarán a cabo en el Palacio de Bellas Artes y en el Auditorio Nacional. Irma Caire, directora del Programa Nacional de Animación Cultural de la Secretaría de Cultura federal, reconoce que la presencia de la prestigiada agrupación se debe a que está haciendo una gira por Estados Unidos gracias a la subvención de la Fundación Mariinsky y de las empresas que la apoyan, en México se contó con apoyo de Fundación Azteca de 900 mil pesos, mientras que la Secretaría aporta 6.5 millones de pesos; sin el apoyo privado “habría sido imposible”. “La mayoría de los gastos que menciono son en pesos porque se refiere a hospedaje y transporte interno, sí hay una parte que sí es en dólares pero estamos esperando que siga bajando un poquito”, dice Caire.

Uno de los festivales que cuenta con una importante presencia de artistas internacionales es el del Centro Histórico de la Ciudad de México, que este año ha reducido hasta en la mitad de actividades y funciones respecto al año anterior, que desde entonces ya registraba una crisis financiera.

“Lo que hemos hecho es programar con base en una realidad y con lo que se tiene de disponibilidad”, indica Sergio Vela, director artístico del encuentro que se llevará a cabo del 11 al 27 de marzo en nueve sedes de la Ciudad de México.

“Hay una realidad económica que ha significado un encarecimiento simplemente por cuestiones de tipo cambiario, porque se ha incrementado muchísimo”, reconoce Vela.

El escritor Jorge Volpi, director del Festival Internacional Cervantino, es más optimista y asegura que el fortalecimiento del dólar no ha tenido impacto en la programación y planeación del encuentro. “Hasta el momento, nuestra programación planeada para 2016, en la que se hará homenaje a Cervantes a 400 años de su fallecimiento, sigue en pie. Nosotros estamos trabajando para que todo salga como está proyectado. En este momento no tenemos ningún indicador que nos diga que algo se modificará”, dice.

Volpi asegura que la apuesta de este año es que el Cervantino se lleve a cabo la más importante celebración a nivel mundial en torno a Cervantes. “El Festival trabaja de la mano con la Secretaría de Cultura, el Gobierno de Guanajuato, la Universidad de Guanajuato y la iniciativa privada, lo que le permite fortaleza y continuidad", indica.

Estrategias en el MUAC. Graciela de la Torre, directora del Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) y de Artes Visuales de la UNAM, asegura que hasta la fecha no se ha cancelado ninguna de las exposiciones internacionales que realizará el museo entre 2016 y 2017, pero reconoce que “el semáforo está en color amarillo”.

Explica que a comienzos de año, el análisis FODA del MUAC (que revisa en una institución sus debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades) detectó como una amenaza contundente la inestabilidad cambiaria.

“Nosotros nos vamos a mantener, no hemos llegado a una situación crítica, es una situación con un semáforo amarillo gigantesco, pero no rojo, y no hemos tenido que cancelar. Ha sido también porque el presupuesto de la Universidad es un gran garante, en la Universidad sabes con cuánto cuentas y cuándo lo vas a tener. En el Museo hay proyectos que se coproducen, otros que se compran como la exposición de Los Carpinteros que estaba en el MARCO y que llegará en marzo. Las únicas que otros pagarán, en gran parte, son las del Año Dual México-Alemania (la instalación sonora de Hans Peter Kuhn y la exposición de Gregor Schneider en 2017). Todas las demás se están generando aquí, hay patrocinadores, las trae el Patronato o son de presupuesto de nosotros”.

Para el MUAC están en puerta exposiciones que vienen de Londres, Madrid, Zurich, Los Angeles, Barcelona, Colonia y Nueva York; el costo se ha incrementado en cada caso por la variación de la moneda.

Pero ese incremento no es sólo para las instituciones: “Los sponsors, patrocinadores, tienen el mismo problema y nosotros trabajamos muchísimo con patrocinios externos. Este es un museo posicionado a nivel internacional, no un museo que tenga un diálogo endogámico”.

Una de las grandes exposiciones que tendrá en 2016 el MUAC es la del artista indio Anish Kapoor, que es generada por el propio museo, con curaduría de Catherine Lampert y a la cual asistirá el artista. Esta muestra será financiada en su totalidad por el Patronato del MUAC.

Como todas las muestras internacionales, la de Kapoor, cuyo precio no se proporciona, implican el pago al artista y a la curadora, los derechos de reproducción y exhibición de obra, seguros, pasajes y transporte que es lo más costoso (las obras de Kapoor vienen por barco, en 20 contenedores).

Si bien esta muestra no se ha cancelado o modificado, hasta la fecha no se ha conseguido que otros museos de México o Latinoamérica se decidan a adquirirla (en parte también, por la dimensión de las piezas).

Junto a la “austeridad” (se canceló la construcción de una sala de juntas y la compra de un vehículo), se trabaja en incrementar los autogenerados -taquilla, tienda, programa académico- y en la procuración de fondos a través de patrocinios y del patronato. “Si no es por el autogenerado y la procuración de fondos no se puede hacer; los recursos suplementarios representan 150% de los recursos del museo”, dice la directora Graciela de la Torre.

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