El pianista, compositor y director de orquesta Horacio Salgán, uno de los grandes referentes del tango en Argentina, falleció el viernes en Buenos Aires.

"Hace poco había cumplido 100 años, el 15 de junio, y un tiempo antes nos seguía deleitando, asombrando, maravillando con ese teclado inigualable. Quienes tuvimos el privilegio de tratarlo, disfrutamos de su carácter afable, su sentido del humor y su permanente caballerosidad", informó la Sociedad Argentina de Autores y Compositores de Música (SADAIC) en su página web sin precisar la causa de su muerte.

El autor del célebre tango "A fuego lento" será enterrado el sábado en el panteón de la SADAIC en el cementerio de Chacarita de esta capital.

Según críticos musicales, Salgán representó una estética compleja que combinaba la música porteña refinada con la popular. Tenía registradas 91 obras, como "Don Agustín Bardi", "Grillito" y "Cortada de San Ignacio".

De niño tocaba el piano en las películas mudas y en su juventud ingresó a la orquesta de Roberto Firpo.

En 1944 fundó su propia orquesta.

"La idea de formarla de alguna manera está determinada por la composición. Empecé a componer porque quería hacer tango de una manera determinada. No con la idea de ser compositor, sino con la de tocar tangos como a mí me gustaba. Lo mismo sucedió con la orquesta. Como a mí me gustaba interpretar tangos a mi manera, la única forma era teniendo mi propio conjunto", explicó para el libro "Horacio Salgán: la supervivencia de un artista en el tiempo" (1992), de Sonia Ursini.

En los años 60 fundó el Quinteto Real, emblemático conjunto de tango.

Según los tanguistas, Salgán amplió la forma tradicional del género musical porteño al agregarle toques de músicos como Béla Bartók y Maurice Ravel, del jazz y la música brasileña.

Su última actuación pública fue en 2010.

rad

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