Parte del archivo de Bob Dylan, que alguna vez fue secreto e incluye unas 6 mil piezas, como cientos de horas de grabaciones de estudio, filmes y letras nunca publicadas, ha sido abierto en Oklahoma.
Más de 1 mil piezas que abarcan la carrera de seis décadas de Dylan están disponibles para los académicos en el Centro Helmerich para la Investigación Estadounidense del Museo Gilcrease en Tulsa.
El público general podrá conocer parte de este material cuando el Centro Bob Dylan sea inaugurado en el distrito artístico de Brady en el centro de la ciudad en unos dos años. Muy a modo el centro ocupará parte de un edificio que alberga un museo dedicado al músico Woody Guthrie, nacido en Oklahoma y una de las influencias de Dylan.
La Fundación de la Familia George Kaiser y la Universidad de Tulsa anunciaron el año pasado que la colección había sido adquirida a Dylan por entre 15 y 20 millones de dólares. La fundación también compró los archivos de Guthrie en 2011, por 3 millones. El Centro Woody Guthrie abrió dos años después.
"Cientos de libros han sido escritos sobre Bob Dylan, quizá un número igual o mayor a los que han sido escritos sobre Abraham Lincoln, pero ninguno de los autores tuvieron acceso a este material", dijo Stanton Doyle, uno de los principales encargados de programas en la fundación. "Creo que la gente podrá conocer a Dylan y su proceso creativo como nunca antes".
El archivo es una mina de oro para los fans de Dylan. Hay páginas de versos que no han sido grabados, como los de una canción llamada No Particular Length of Time, letras escritas en papeles de hotel, libretas de todos tamaños y colores, llenas de notas y cifras de regalías así como los teléfonos de famosos como Allen Ginsberg y John Lennon. Faxes del expresidente Jimmy Carter y el guitarrista de los Rolling Stones Keith Richards así como cartas de la ex primera dama Michelle Obama, el director Martin Scorsese y Bono.
Hay grabaciones de audio y filmes, tan largos que se necesitarían 113 días consecutivos para escuchar y ver todo el material disponible, estima el curador Michael Chaiken.
"Nadie que conoció a Bob pudo adentrase en tantas cosas", dijo Chaiken en una entrevista el miércoles. "Los materiales que estamos abriendo nunca se han visto antes en público".
Chaiken, por ejemplo, se sumergió en las sesiones que se convirtieron en el álbum John Wesley Harding.
"Escuchar versiones alternativas de All Along the Watchtower, fue increíble", dijo Chaiken. "Es como un personaje al estilo de Miles Davis cuando entra al estudio, hay mucha improvisación y cambios, tratando de encontrar el ritmo".
Cuando se anunció que el archivo llegaría a Tulsa el año pasado, despertó la suspicacia entre aquellos que se preguntaban por qué no iría a una universidad de la prestigiada Ivy League, o a una ciudad mucho más grande como Nueva York o Los Angeles, incluso Minnesota, de donde es originario el músico. Los curadores explicaron que la medida era como Dylan, quien siempre va contracorriente.
Dylan fue fiel a su espíritu una vez más el año pasado cuando fue revelado como ganador del Premio Nobel de Literatura pero rechazó asistir al banquete tradicional del Nobel en diciembre, argumentando que tenía compromisos previos.
El miércoles se anunció que recibirá su diploma y su medalla este fin de semana en Estocolmo, donde estará de viaje para presentarse en concierto.
nrv