"Como escritor me seduce la contradicción entre lo verdadero y lo falso", advierte el nicaragüense , autor de Sara (Alfaguara), la novela en la que hace foco el Génesis y en el papel de la mujer de Abraham. "Sara no es sumisa. Eso es falso; además de que en las páginas sagradas se exalta como virtud la sumisión. Ni en el mundo bíblico eso es verdadero. En el Génesis la lectura que se hace de Sara es bastante convencional. Aunque fue una mujer que tomaba iniciativas, se la hace pasar como inadvertida", añade Ramírez, quien hoy por la tarde participa  una entrevista pública en el stand del diario La Nación en la Feria del Libro de Buenos Aires.

Más tarde, estará también en el cierre del Diálogo de Escritores Latinoamericanos, que sucederá a las 20:30 en la Sala Alfonsina Storni. "La Feria del Libro es una gran vitrina y confrontarse con el público es muy interesante", señala el autor, que espera encontrarse y darle el "saludo de cumpleaños" a su amigo el Premio Nobel de literatura, Mario Vargas Llosa, que festjó sus 80 años recientemente en Madrid. El peruano también será una figura estelar esta semana en la fiesta literaria de Buenos Aires, que ayer continuó la gran racha del fin de semana.

Sara, la novela que se presentó en octubre, es la segunda obra en la que Ramírez pone el foco en la mujer. Le antecedió La fugitiva, "una Sara del siglo XX", como el autor calificó a Amanda Solano, el nombre ficticio de la autora nicaragüense Yolanda Orreamuno, cuya vida errante y compleja se refleja en la obra.

No deberían considerarse ambos título como una veta "feminista" en la trayectoria del nicaragüense, quien anticipó que su próxima novela será la secuela de El cielo llora por mí, cuyos protagonistas son dos ex guerrilleros devenidos en policías: el inspector Dolores Morales y el subinspector Bert Dixon. "A través de mis personajes quiero mostrar la Nicaragua contemporánea", revela Ramírez, ex vicepresidente de su país (1985-1990), de sinuosa militancia en el sandinismo. En 1995, por diferencias con Daniel Ortega, quien hoy maneja los destinos de su país, fundó el Movimiento Renovador Sandinista (MRS) con el que fue candidato a presidente en 1996. Luego, abandonó la política.

¿Y cómo es la Nicaragua actual que lo lleva a escribir una obra más? "Es un caso recurrente de autoritarismo, cualquiera que sea el signo ideológico. Los rasgos son muy populistas, pero en la Argentina se están desarmando de una manera y en Brasil, de otra. Ya no tenemos el mapa (latinoamericano) del mismo tono. Nicaragua le debe a Venezuela entre 3 y 4 mil millones de dólares, pero una caída de Nicolás Maduro no tendría un efecto dominó", responde.

rqm

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