Periodistas y compañeros de redacción y de aventuras de reivindicaron hoy la faceta de reportero del Nobel colombiano, mundialmente conocido por sus obras literarias, durante un simposio dedicado al popular novelista en la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.).

"Él podía arreglárselas sin un cadáver para contar una buena historia", afirmó el cronista barranquillero Alberto Salcedo Ramos, al destacar que su visión de la vida y del periodismo siempre fue "más de Eros", en la mitología griega el dios del sexo y el amor, "que de Tánatos", el dios de la muerte.

Junto a Jaime Abello, director de la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), y el periodista colombiano Darío Arizmendi, los tres departieron acerca de las cinco décadas de su carrera periodística ininterrumpida y la extensa obra que resultó y que recogen ocho volúmenes.

Famoso por su realismo mágico y reconocido por sus novelas "Cien años de soledad", "El coronel no tiene quien le escriba" o "El otoño del patriarca", entre otras, García Márquez se inició en el periodismo, oficio que nunca abandonó.

Abello, depositario de uno de los principales legados del nobel en su fundación, sostuvo que "no se entiende el realismo mágico de García Márquez sin ese polo a tierra que para él fue el periodismo".

"A mí, lo que me fascinó, fue todo su pragmatismo mágico. Era un hombre aterrizado, visionario y consciente del cuidado que tenía que tener con sus proyectos", agregó el presidente de la FNPI.

García Márquez, que murió en abril de 2014, empezó en el periodismo con 21 años en el diario "El Universal" de Cartagena (Colombia) y, durante cinco décadas, incursionó en todos los géneros y practicó todos los oficios posibles dentro de la profesión.

Para Abello, ese "joven cuentista" aficionado a los novelistas norteamericanos y a los clásicos españoles se convirtió, ya en 1955, en "el reportero más exitoso de Colombia", en un "periodista maduro y profesional" que se desempeñó como corresponsal en Europa, trabajó en Caracas y después en la agencia Prensa Latina, impulsado por "el huracán de la revolución cubana".

Abello describió un Gabo que, después de su éxito con "Cien años de soledad", fue "periodista por pasión", con un trabajo militante, "muy orientado a la política de izquierdas" y que, a partir de los años ochenta, abrazó con más fuerza valores como la ética y la investigación, un proceso que culminó en la fundación.

"Él encontró en el periodismo una manera de vivir la vida y de absorber historias que luego se proyectó en su literatura", dijo Abello, al recalcar que "un oficio cotidiano y, aparentemente menos glamuroso que el de escritor, es asombroso cómo le aportó tanto".

"Para él, el periodismo era un género literario. No ponía barreras, pero tenía muy claro el pacto ético entre el periodismo y la ficción", agregó.

Abello concluyó así el panel "Gabo el periodista" durante la tercera y última jornada del simposio "Gabriel García Márquez: su vida y legado", que la Universidad de Texas en la ciudad de Austin acoge con motivo de la apertura la semana pasada de su archivo personal en esa institución.

rqm

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