Carlos Manuel Cruz Mesa, de Xalapa, es el ganador del primer Gran Premio Nacional de Periodismo Gonzo 2015, por una crónica en la que va siguiendo la actuación de un grupo de chavos de su ciudad, que se dedican a torturar y a matar perros y que luego suben esos videos en Facebook generando algunos fans, pero también varias personas que rechazan esa violencia gratuita.

Al dar a conocer al ganador por unanimidad, y a los dos trabajos con menciones honoríficas del premio que es convocado por Producciones El Salario del Miedo, Editorial Almadía y la Universidad de Nuevo León, el escritor J.M. Servín dijo que la crónica ganadora que incluso se sustenta en muchos documentos de la hemeroteca y notas periodísticas, es un trabajo que ha generado un rechazo social enorme, que también se trasluce en la postura de indignación que asume el autor en la historia.

“Lo que nos pareció muy importante de esta crónica no es solo la calidad literaria que tiene y el poder de la investigación, sino que además el cronista compromete su punto de vista, no puede ocultar la indignación. En este sentido la indignación es válida en el tiempo que vivimos, de lo que está pasando con esta sociedad”, afirmó Servín.

El periodista argentino Leonardo Tarifeño, quien es uno de los que idearon el galardón y participó en la deliberación, dijo que la crónica ganadora “nos habla de una realidad de a pie, una realidad callejera, una realidad que está en la casa de al lado pero que también se mete en mi casa, está en lo que no quiero pensar pero que sé que está ahí. Es un tipo de periodismo que se atreve a pensar más allá del límite que estamos acostumbrados”.

Aseguró que la propuesta del galardón es impulsar propuestas narrativas propias. “No queríamos que fuera de alguna manera el típico periodismo marcado por una agenda política; queríamos que fuera una agenda personal, aunque hubiera elementos de crítica social por supuesto, y de mirada política también, pero que tuviera un acento personal, que hubiera un autor, que no fuera la voz de lo que se quiere escuchar, sino la realidad tal cual es, lo bueno y lo malo, eso queríamos que fuera una mirada desprejuiciada. Por eso el periodismo Gonzo, que apela no tanto al estilo como a una mirada”.

Y eso posee la historia ganadora. Se trata de una historia de a pie, callejera, como la que las instituciones convocantes buscaban. “Buscamos una historia que tuviera que ver con la vida cotidiana, esa vida cotidiana en la que se cruzan muchas cosas, en la que está lo que uno quisiera y aquello en lo que uno no se quisiera transformar pero que la realidad te va llevando a transformarte en aquello”, señaló Tarifeño.

Ambos escritores coincidieron en que de alguna manera quieren impulsar un periodismo que recoja todas las sensaciones ambiguas de la realidad, desde la crítica a la violencia porque los seres humanos somos violentos, y el retrato de una realidad conmovedora pero que muchas veces no conmueve. Eso era lo que esperaban y eso fue lo que encontraron en el texto ganador, en las dos menciones honorífica y en siete historias más que juntos serán publicados en un libro.

Las menciones honoríficas fueron para Moisés Castillo, un periodista freelance muy joven del DF que escribió la crónica “Apatzingán amargo” que fue a entender las autodefensas pero lo hace de una manera singular. La otra crónica con mención fue el trabajo de Carlos Acuña, quien radica también del Distrito Federal que presentó una crónica sobre el arte brujo en las prisiones psiquíatricas de la ciudad de México, que tiene un sentido político y social.

cvtp

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