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La XVII Bienal de Fotografía sigue viviendo entre la polémica. El pasado sábado, en su columna "En la mira", que se publica en EL UNIVERSAL, el fotógrafo Ulises Castellanos denunció un conflicto de interés, pues aseguró que Emiliano Berruecos fue director de Arca, principal patrocinador del Premio de Adquisición de dicho certamen, con lo cual Emiliano habría aportado el dinero para premiar a Diego Berruecos, su hermano, cuya obra ganadora ya había sido cuestionada por el propio Castellanos.

En la columna titulada "Arca, patrocinador incómodo", Castellanos señalaba que no era ilegal que el hermano de un patrocinador concursara y ganara, pero que se veía mal.

Tras la publicación de la columna, Itala Schmelz, directora del Centro de la imagen, envío una carta a este diario apelando derecho de réplica. En ella precisa cuatro puntos: que Emiliano Berruecos no es director general, sino un creativo, es decir, un empleado; que Diego Berruecos tenía derecho de participar en la Bienal pues no existe cláusula que lo impidiera; que el jurado, de destacada trayectoria, actuó con toda libertad y tuvo conocimiento del convenio entre Arca y el Centro de la Imagen; y que Arca no fue el único patrocinador de la Bienal.

Castellanos responde a Schmelz que no pone en duda la trayectoria del Jurado ni habla de injerencia directa, lo que plantea son preguntas del “conflicto de interés”. Reitera que otorgarle el premio a Diego no fue ilegal, pero sí se ve mal porque Emiliano, aun siendo creativo, tiene así un puesto vital para Arca. Ayer, en Twitter, Emiliano Berruecos dijo que él no estuvo presente en ninguna negociación con el Centro de la Imagen y habló de imprecisiones en el artículo publicado por Ulises Castellanos.

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