La socialización del arte popular y su impacto, el gusto por los paisajes, así como la evolución de la mente, forman parte de los aportes de la obra de Adolfo Best Maurgard, que cubre las salas del Palacio de Bellas Artes a partir de este 8 de septiembre.

Una retrospectiva a la transformación, vínculos, inquietudes y anhelos que llegan con la exposición "Adolfo Best Maugard. La espiral del arte", en donde quedan de manifiesto las etapas creativas de este pintor del arte moderno mexicano, así como sus relaciones con otros artistas, personajes públicos y de la vida cotidiana, los cuales quedan de manifiesto en cada una de sus obras.

Recorrido por 141 piezas que comienza con creaciones de la primera década del Siglo XX y concluye en los años 50-60, para dejar clara la predilección de Best Maugard por la filosofía, el desarrollo mental, la sociedad, la creatividad y el aporte de su método de dibujo mexicano, el cual generó influencia en otros artistas de su época.

"Por el trabajo de Best Maugard podemos observar los patrones del arte popular e indígena para concebir la organicidad de una nación y la unión por vía de la identidad, todo esto mediante el arte y el enaltecimiento de raíces milenarias", expresa el director del Museo del Palacio de Bellas Artes, Miguel Fernández.

La exposición, cuyo concepto curatorial está a cargo de Arturo López Rodríguez, abre con una serie de autorretratos en donde se percibe la concepción de Best Maugard sobre sí mismo desde su juventud (años 20), hasta su etapa de madurez (años 50), en donde se van integrando elementos que se convierten en la esencia del artista, como los paisajes, la evolución social, la transformación del mundo.

El propio Arturo López, curador de la obra, invita a los asistentes a dejarse invadir por los elementos que conforman la obra y "hacerlos propios, remitirlos a tu pasado, a tus vivencias. Ocurre que de repente hay quien piensa desconocer a este artista, pero en cuanto te dejas sumergir en estas salas de Bellas Artes te vas percatando que realmente hay situaciones, personajes, páginas de tu vida que tienen vínculo con el pintor".

De su predilección por los paisajes, la exposición pasa al interés de Best Maugard por el arte popular, el cual buscó glorificar. En esos primeros años del siglo pasado el arte es parte de la política de Estado, y el artista recupera elementos como las artesanías, los grupos indígenas, los oficios, y los hace suyos con la idea de dignificarlos, agrega Arturo López.

Así, la obra llega a los años 1917 a 1924, en donde la principal aportación es el método de dibujo mexicano de Best Maugard, que incluye siete elementos primarios, los cuales, de acuerdo con el artista, son las figuras que sirven como base para crear cualquier forma de la naturaleza; aportación, que años después fue eliminada de las escuelas primarias.

Posteriormente, "Adolfo Best Maugard. La espiral del arte" lleva a la etapa madura del artista, en donde el espectador es recibido por cuadros que dejan ver la evolución del pensamiento de Best Maugard, lo cual plasma mediante retratos de personajes públicos como Miguel Hidalgo y Emiliano Zapata, hasta personas de la vida cotidiana, donde se puede observar la profundidad de la mirada, el eje de los ojos y cómo esto refleja al hombre nuevo.

"La espiral palpita en el ideario de Adolfo Best Maugard, la concepción de esta muestra tuvo como eje principal identificar la función del arte y el rol social del artista en la definición y construcción de la cultura nacional", comenta Arturo López.

La exposición, organizada conjuntamente entre el Museo del Palacio de Bellas Artes y el Centro Cultural Jardín Borda del estado de Morelos, culmina con la conexión de Best Maugard con el cine, y la relación que tuvo con personajes de la época como Serguéi Eisenstein y Dolores del Río. Muestra, que permanecerá en las salas de Bellas Artes hasta el próximo 4 de diciembre.

sc

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