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Con la presencia del primer ministro de la provincia de Quebec, Philippe Couillard, y el presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (Conaculta), Rafael Tovar y de Teresa, fue inaugurada esta noche la exposición "Iroqués. Visión arqueológica de una antigua cultura del Quebec" en el Museo del Templo Mayor.

Presentada como un ejemplo de la estrecha colaboración cultural entre México y Canadá, la muestra reúne por primera ocasión en el país un centenar de vestigios arqueológicos que dan cuenta de la vida cotidiana de este pueblo indígena que se desarrolló a partir del año 500 y hasta el siglo XVI en los actuales territorios de Quebec, Ontario (Canadá), y en el estado de Nueva York (Estados Unidos).

Durante su intervención en la ceremonia de inauguración, Philippe Couillard dijo que estas piezas permitirán que el público mexicano pueda conocer de cerca esta cultura nativa, la cual fue una de las primeras en introducir el maíz en el valle de San Lorenzo, en Norteamérica, y lo adoptó como alimento básico para su subsistencia.

Añadió que esta exposición, que viene al país en reciprocidad por la de "Los aztecas, el pueblo del sol", que actualmente se presenta en Montreal, reitera que la relación entre México y Québec son sólidas y dinámicas.

En el evento inaugural también estuvieron presentes María Teresa Franco, directora del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Francine Lelièvre, directora del  Museo de Arqueología e Historia de Montreal Pointe-à-Calliѐre, entre otros funcionarios mexicanos y canadienses.

Organizada por el Museo de Arqueología e Historia de Montreal Pointe-à-Calliѐre y el INAH, la muestra incluye ollas de barro, pipas, herramientas de trabajo y de la vida cotidiana, como punzones, puntas de flecha, metates y arpones, además de vestigios europeos del siglo XVI y granos de maíz carbonizados.

Las piezas permiten ver el modo de vida de este grupo indígena del que se tienen registros hasta el siglo XVI, cuando desapareció o se dispersó sin dejar rastros. Por muchos años, los investigadores pensaron que se trataba de una leyenda. Sin embargo, en los últimos años las investigaciones arqueológicas han arrojado evidencias de su existencia.

Según la curadora de la muestra, Elisabeth Moreau,  los iroqueses fueron por muchos años nómadas, acampaban en las márgenes del río San Lorenzo para abastecerse de pescado y después se dispersaban para cazar, generalmente durante los crudos inviernos norteamericanos.

"Iroqués, visión arqueológica de una antigua cultura de Quebec" se exhibirá desde mañana hasta al 28 de febrero de 2016 en el Museo del Templo Mayor. En Seminario 8, Centro Histórico.

jram

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