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El escenógrafo Jesús Hernández, quien ha trabajado en cerca de 100 proyectos teatrales y es reconocido como uno de los más destactados de su generación, obtuvo medalla de oro en los rubros de Set Design y Space Design por la obra Psico/Embutidos, en el World Stage Design, una plataforma de exhibición y premiación de diseño escenográfico internacional.

Además, en la edición 2017 del certamen, que se llevó a cabo del 1 al 9 de julio en Taipéi, Taiwán, Gloria Carrasco obtuvo medalla de bronce en los rubros de Set Design y Alternative Design por la obra Caja china/Diez mil cosas, y ocho diseñadores mexicanos fueron finalistas en la categoría profesional y cinco en la emergente.

Desde 2005 —cada cuatro años en diferentes sedes—, México ha tenido una destacada participación. Este año, con más de 600 diseñadores que concursaron en 12 rubros.

Asimismo, cuatro participantes resultaron ganadores en la categoría emergente: medalla de oro para Rodrigo Cortés en el rubro de Performance Design por la obra titulada 3 CatastrophesI Happily Survived; medalla de oro para Josafath Reynoso en el rubro de Set Design por la obra La gata en el tejado caliente; medalla de bronce para Andrea Pacheco en Costume Design por Pájaro azul; y medalla de bronce para David Molina en el rubro de Set Design por Diálogo de carmelitas.

Psico/Embutidos se estrenó en 2014 bajo la dirección de Richard Viqueira, la escenografía de Hernández trascendió las fronteras de lo escénico para invadir el terreno de las artes visuales porque la instalación escenográfica replicó el aparato digestivo.

“Fue muy interesante este nivel instalatorio. He trabajado en otros proyectos con Richard y creo que este montaje es con el que logramos mejor comunión entre la dirección y el diseño del espacio. También trabajo con otra compañía, Teatro Línea de Sombra, que ha explorado dispositivos instalatorios; me ha parecido muy interesante como arquitecto trabajar a nivel tridimensional, que el público forme parte del espacio; me gusta más pensar en dispositivos o instalaciones que en escenografías convencionales. Esto es lo que más me interesa y son los proyectos que quiero seguir desarrollando”.

Y agregó: “Hay un gran trabajo a nivel de producción, un diseño que sale de lo convencional pone en otro nivel a la producción con sus propias reglas; los esfuerzos son mayores para todos. Cada vez que llevamos esta pieza a escena nos tomamos cinco días, llevarla fuera del país también es muy complejo. Los esquemas cambian”.

Por su parte, Carrasco indicó que presentó dos piezas, la escenografía de la obra de teatro Diez mil cosas y Caja china, una obra audivisual.

“La Caja china me permitió ser parte de un colectivo teatral, pero también pude incursionar en una de mis grandes pasiones sin necesidad de una idea preestablecida, generar nuevos contenidos y trabajar desde un ángulo más horizontal para hablar de los significados de la creación”, indicó.

Añadió que el colectivo teatral ha tenido sus estrellas a lo largo del tiempo y siempre han destacado los dramaturgos, directores de escena y actores, pero el escenógrafo ha sido el creador discreto. “Todavía hay un poco de rezago, siempre hemos sido importantes, pero creo que ahora se reconoce la labor dentro del esfuerzo colectivo. Es interesante lo que sucede”, indicó.

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