La Compañía Nacional de Danza de España, dirigida por José Carlos Martínez, ofrecerá mañana una versión fresca y oportuna de “Don Quijote”. La puesta en escena retoma los grandes ballets clásicos y tiene suficientes elementos para pensar en una propuesta digna del .

Martínez explicó que esta pieza forma parte de un programa bastante especial, tal vez el más importante realizado hasta hoy desde que él tomó la dirección hace cincos años. Dijo que la trascendencia radica en que este “Don Quijote” se inscribe de la misma manera en la danza clásica que en la danza moderna. Así, el programa tiene dos partes, ambas lindas.

Siempre ha creído, porque le parece importante, que en el quehacer de la danza de hoy se deben procurar trabajos en los que se unan clásico y contemporáneo. Consecuentemente, la primera parte es una suite del ballet “Don Quijote”, de Alphonse Victor Marius Petipa, el legendario francés coreógrafo, bailarín extraordinario, y maestro de ballet en Rusia.

Ese “Don Quijote”, añadió Martínez, se basa obviamente en el texto cervantino y en él se ofrece al espectador un amplio extracto de la pieza entera, basada en el Capítulo XIX del segundo tomo del libro de Cervantes. En esa parte, el conductor de la compañía otorga al personaje central, Don Quijote, un gran peso, por su amor a su “Dulcinea de Toboso”.

Aparte de lo anterior, el ballet incluye en “Don Quijote” los ritmos de la danza española, con sus seguidillas, fandangos y boleros, con un vocabulario clásico. Pero también desea que sea una versión muy española, por lo que pidió la colaboración de una bailarina muy ducha en boleros y fandangos; en la obra hay dos incursiones de ambos géneros, aclaró.

El director de la Compañía Nacional de Danza de España advirtió que el título de la obra coreográfica que preparó para el FIC 2016 es “Don Quijote, Suite Minus 16”, y añadió que entre las obras más célebres de Marius Petipa, uno de los grandes coreógrafos del ballet clásico del siglo XIX, destaca “Don Quijote”, al que Alexander Gorsky le agregó un acto.

El resultado es una obra llena de color, brío y comicidad que muestra el universo de la segunda parte del Quijote. Martínez toma como fuente de inspiración la versión original de Petipa y Gorsky, para dar forma a un Don Quijote poético, exaltado y profundamente español, un montaje histórico en la trayectoria de esta compañía de reconocimiento mundial.

nr

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