ssierra@eluniversal.com.mx

El instante del encuentro entre una de las Patronas de Amatlán de los Reyes, Veracruz, y un migrante es el eje de la obra de teatro documental Dos personas se tocan brevemente, de la Compañía Translímite, una de las propuestas que la próxima semana se presentarán en el Foro Internacional Arte en Tránsito.

Convocado por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), el foro también dará a conocer el performance Suelo fértil, de Ximena Alarcón, artista colombiana que radica en Londres y que con su obra invita a un diálogo simultáneo entre mujeres migrantes que se encuentran en México y en Europa; se expondrá también la instalación y video Meta/ Bandera, de Marcos Castro, entre otras obras.

La cita, programada del lunes 9 al miércoles 11 de mayo, reunirá a académicos, artistas, curadores, críticos y cineastas en torno al tema de la migración y la cultura para analizar el fenómeno migratorio desde la creatividad artística y al servicio del enriquecimiento de la diversidad cultural.

La UNESCO propone este foro con el objetivo de analizar la migración, los mestizajes creativos y el papel de las nuevas formas de movilidad desde y en la creación artística. Para el organismo, “es una gran oportunidad para intercambiar experiencias, estudios y perspectivas artísticas alrededor del mundo sobre el fenómeno migratorio, las transformaciones culturales que conlleva y el papel de la creación como garante social frente a la discriminación”. El Foro se realizará en el Centro Nacional de las Artes, el Centro Cultural Digital de la Secretaría de Cultura y el Museo Anahuacalli.

Junto a los artistas participarán académicos como José Manuel Valenzuela e Ibrahim Sirkeci; el periodista e integrante del Colectivo Argos, Donatien Garnier; la promotora de cine Marina Stavenhagen; el director Federico Weingartshofer; la curadora Sol Henaro y el músico Gilberto Cervantes, entre otros. La inauguración se realizará el lunes a las 8:30 horas y será encabezada por el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, y la representante de la UNESCO en México, Nuria Sánz.

El organismo de Naciones Unidas parte de la noción de que hoy existe una población mundial superior a los 7 mil millones de habitantes, y que hay también enormes desigualdades sociales. A esto se suma que en el futuro “la humanidad va a generalizar sus desplazamientos con una envergadura y un impacto sin precedentes desde lo cultural, social, ecológico y económico”.

¿Qué papel puede jugar la cultura en este proceso? Este será uno de los temas a debatir en el foro.

Para la UNESCO, ahora es más importante que nunca construir políticas que reconozcan la contribución positiva de la migración, su capacidad para regenerar la diversidad y la responsabilidad de proteger los derechos culturales de quienes migran.

El foro resaltará que “es necesario reconocer la cultura como dispositivo imprescindible del desarrollo. La cultura no es una expresión marginal ni una industria sectorial para los procesos del desarrollo, sino uno de sus elementos definitorios. Los procesos culturales son las bases germinales de cualquier proyecto humano”.

El encuentro con las Patronas. Cecilia Ramírez Romo, actriz, dramaturga e integrante de Translímite, cuenta que esta compañía fundada por Myrna Moguel en 2011, surgió por la necesidad de entender el teatro como algo más que un espectáculo: “El teatro como algo que puede transformar, atacar problemas que tienen que ver con las personas en situación vulnerable”.

Con el director de teatro Martín Acosta, Translímite creó la obra Dos personas se tocan brevemente, que nace del interés por abordar el complejo tema de la migración.

Ramírez Romo cuenta cómo se trabajó la obra: “Martín Acosta planteó el tema de las Patronas. Fuimos a verlas, investigar, platicar y convivir”.

La obra, que dura una hora 20 minutos y que se presentará el martes en el Museo Anahuacalli, se divide en tres partes; la primera tiene que ver con testimonios de migrantes; la segunda parte habla de las Patronas, de cómo deciden dar de comer a los migrantes. “Hicimos una investigación sobre la bondad, este tipo de comportamiento parece sobrenatural hoy que vivimos en un mundo donde toda la comunicación es a través de redes sociales”. La última parte recupera El alma buena de Szechwan, de Bertolt Brecht.

Sobre por qué la compañía aborda la migración, Cecilia Ramírez cuenta: “Estábamos muy interesados por lo que sucedió en Europa con los migrantes, nos llamó la atención porque en México desgraciadamenre por la falta de oportunidades y recursos la gente se ve obligada a dejar sus lugares de origen. El de La Bestia es un fenómeno complejo de sobornos, cobros ilegales, robos, secuestro, trata de personas, que sigue pasando. El arte es para nosotros una puerta abierta, una plataforma donde se puede hablar de todo. Somos artistas y le damos la voz a todos los que no se pueden subir al escenario”.

Sobre qué tanto puede cambiar el arte esta situación, dice: “Creo que todos estamos expuestos a una migración física y emocional; el ser humano es cambiante. Y es muy importante que existan espacios donde los artistas hablen del tema”.

Reflexionar el fenómeno. Migrar llevó a Ximena Alarcón a convertirse en artista, a aprender a escuchar, a hacerse preguntas que si estuviera en su natal Bogotá, y no en Inglaterra, difícilmente se hubiera hecho.

Así que su pieza Suelo fértil es un ejemplo de cómo pensar la migración desde el arte, pero es también una profunda reflexión acerca de cómo somos otros, cómo nos multiplicamos al migrar y cómo, al fin y al cabo, la migración enriquece.

En el Cenart ofrecerá el performance que simultáneamente se estará viviendo en Londres y en Austria, y que será transmitido por la estación Resonance FM de Londres.

“Mi trabajo artístico de alguna manera se ha desatado por ser migrante. Cuando empiezo a trabajar el tema de la migración, me detengo en lo que otros artistas llaman el espacio intermedio: ¿qué pasa con nuestra voz cuando cambiamos de geografía, cuando empezamos a usar otro idioma? ¿qué pasa con nuestra identidad, con los sonidos que solíamos escuchar? Hago diarios de lo que escucho y entiendo que soy de algún sitio, pero no sólo de un sitio donde nací, Colombia, sino que soy una mezcla, que mi identidad se multiplica y se enriquece. Mi sentido de pertenencia no tiene que ver con banderas y bordes, o con pasados culturales que están a veces impuestos, sino que son cosas que creo y que armo, y que con el arte tengo la capacidad de recrear”.

Involucrando a otros migrantes, desde 2012 Ximena Alarcón ofrece los llamados performances telemáticos, como el que presentará esta semana en México. Una pieza donde las participantes, en este caso todas mujeres, ejercitan el diálogo y la escucha, el recordar, el compartir historias.

“Trato de pensar siempre otras cosas alrededor de la migración. De exaltar la idea de que los migrantes somos seres múltiples y tenemos muchas cosas que enseñarle al mundo”.

Las ideas en torno de las cuales ronda el diálogo entre las participantes del performance, se dirigen a inquietudes como: quién eres, dónde vives, cuál es el territorio mental donde vives y qué quieres cultivar en ese territorio. Para Alarcón, “el arte para el migrante es un espacio donde puede encontrar una identidad  de dislocación; un no estar necesariamente fijo en un estándar social porque uno cambia, reaprende,  vuelve a nacer. Y en ese volver a aprender, el arte te hace ver que es posible, que no hay problema”.

Marcos Castro. La identidad, los territorios, las banderas, son temas que aborda en su obra el artista Marcos Castro. En el marco del Foro Internacional Arte en Tránsito exhibirá la obra titulada Meta / Bandera, pieza que está hecha de banderas unidas con parches.

“Mi trabajo abarca muchas cosas, utilizo elementos naturales para hablar de la condición humana… había estado trabajando con imágenes reinterpretrando las banderas, sobre identidades. La pieza funciona en este discurso de la migración, de trascender las fronteras; la migración existe en animales y humanos, sólo que es en los humanos donde existe una división por la idea del estado nación…”

En sus obras hace además una revisión de la noción de América Latina, de esa idea de “una patria grande, común, que nos abarca a todos”. Castro opina que en el momento que vivimos la noción de tránsito está implícita en todas las cosas: “Hay desplazamiento de información, de gente, de cosas”. Señala que como artista es imposible deslindarse de estos temas aunque no haya una pretensión política en los trabajos: “El arte en su historia ha tenido una función social, como la de poner en la mesa temas que están pasando. El arte llega de otra forma a los públicos, aborda problemáticas contemporáneas”.

Google News

Noticias según tus intereses