La famosa Fontana de Trevi de Roma puede verse desde hoy sólo por un "recorrido obligatorio" para impedir actos vandálicos o de mala educación como los últimos episodios de personas que se bañan, comen en las escaleras o se refrescan en sus aguas.

El Ayuntamiento de Roma anunció el comienzo de lo que denominó "recorrido obligatorio" pero en realidad, como se pudo comprobar, solamente se prohibía hoy que los turistas se sentaran en los aledaños de la fuente pero permitía que permanecieran en pie delante de esta y que se sacaran una foto mientras tiraban al agua la tradicional moneda.

Los encargados de vigilar el tránsito de los turistas son voluntarios, entre ellos policías municipales jubilados, y la prueba durará 80 días desde las 09.00 horas a las 00.00 horas local (07.00 a 22.00 GMT).

Domenico Volpe, uno de los policías retirados, explicó que la medida sirve para que los turistas no "acampen" en la fuente, ni descansen en los poyetes de piedra que la rodean.

Los turistas que se sientan alrededor de la fuente reciben la invitación de los voluntarios a levantarse y, en caso de persistir en la infracción, reciben un agudo pitido procedente de los silbatos que cada uno de los voluntarios lleva colgado al cuello.

Maleni, una turista española de vacaciones en Roma con su esposo y sus tres hijos, se lamenta de que no haya podido hacerles una foto sentados en la fuente, pero cree que esta medida está basada en la seguridad y la ve "bien" porque "si todos los que pasan por aquí empiezan a sentarse continuamente, no se puede estar".

La alcaldesa de Roma, Virginia Raggi, confirmó el pasado mayo la necesidad de organizar un "recorrido obligatorio" para los turistas y evitar así que se detengan ante la Fontana de Trevi.

Raggi adelantó que esta sería la solución para acabar con los episodios de baños o de los turistas que refrescan los pies en la Fontana construida por Nicola Salvi entre 1732 y 1762 y recientemente restaurada.

El ministro de Bienes Culturales italiano, Dario Franceschini, pidió hace algunos meses a la alcaldesa "poner un límite al flujo de turistas o una barrera para evitar que saltasen a la fuente", como cuando hace unas semanas dos hombres, entre ellos un español, se desnudaron y nadaron en sus aguas.

También recientemente se ha emitido una ordenanza municipal que prevé multas de hasta 240 euros (279 dólares) para aquellas conductas "contrarias a las reglas del decoro urbano" en cuarenta fuentes de la capital italiana.

sc

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