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Cuando las personas lo ven le aplauden, claman su nombre y hacen fila para conseguir un autógrafo, foto o para estrechar su mano.

Su voz se hace oír en conferencias y programas de radio, y sus fans lo siguen en las ponenecias. Él no es una estrella de cine o televisión, es un divulgador científico.

Enrique Ganem es un biólogo de la UNAM que toda su vida se ha dedicado a lo que más ama: hablar sobre la ciencia.

Esta estrella de la divulgación y Premio Nacional de Periodismo colaboró desde los 14 años en la Sociedad Astronómica de México y desde 1989 ha trabajado en radio.

“Yo siempre quise estudiar ciencia, desde pequeño me llamó mucho la atención la lectura y la astronomía”, señala Ganem.

“Mi primer acercamiento fue con la astronomía con la compra de un telescopio, al mismo tiempo empecé a leer libros de historia de la vida, tema que me apasiona mucho y por el que me decidí por la biología”.

Cuenta que empezó a hacer divulgación antes de estudiar biología. “Di mi primera plática cuando tenía 14 años en la Sociedad Astronómica de México, SAM, y de ahí me invitaron a trabajar al planetario Luis Enrique Erro, cuando tenía 17 años. Allí me encontré con la divulgación y me di cuenta que tenía mucho gusto por ella y al final decidí elegirla como profesión”.

Ganem llegó a la SAM después de que sus padres le compraron un telescopio. Allí se dedicó a la observación de estrellas dobles y fue invitado a dar su primera plática.

Después trabajó en el planetario, donde conoció a Rogelio Gómez, conductor del programa de Canal 11 El espectáculo sin límites, quien le presentó a Manuel de la Cera, ex director general del Instituto Nacional de Bellas Artes.

Mientras cursaba la carrera de Biología, De la Cera le ofreció a él y a Rogelio Gómez impartir conferencias sobre astronomía y biología, y al concluir sus estudios, el ex director del INBA lo invitó a un proyecto de cápsulas culturales y científicas en ABC radio.

Las cápsulas fueron todo un éxito, por lo que a él y a su esposa, la también bióloga María de los Ángeles Aranda, se les ofreció un programa de radio: Conciencia de Conacyt, que arrancó en 1992.

¿Para qué sirve divulgar? “Están sucediendo cosas muy importantes en el mundo donde la ciencia y la tecnología tienen un papel crucial y la única manera en que la sociedad puede tomar una decisión es con información, y a quien le toca dar esa información es al divulgador de la ciencia”, señala y agrega que la divulgación también ayuda a “impulsar cambios en leyes, usos y costumbres” e incluso que las personas se interesen por los temas, pero ¿cómo poder realizar una buena divulgación?

Ganem destaca que en México existen diversas instituciones que se encargan de dar cursos y diplomados que dotan de técnica y conocimiento a los periodistas, pero que esto no es suficiente.

Señala que “un curso no crea un divulgador”, sino que sólo le da armas para realizar el trabajo. La divulgación va más allá, depende del interés de cada persona y su pasión por los temas, además, señala que divulgar “no sólo es hablar de ‘notitas’ interesantes, sino dar un panorama del impacto, lo bueno y lo malo que podrían venir a futuro”.

Para saber si se realiza un buen trabajo indica que “quién tiene que ofrecer un juicio sobre la efectividad siempre tiene que ser el público y no el divulgador”.

Escribir y hablar sobre ciencia no es fácil, por lo que destaca que la mejor manera de comunicar es “ponerse en los zapatos de quien lo va a escuchar, preguntarnos si es lo suficientemente claro”.

“La gente toma interés en las cosas que le parecen claras. Cuando las personas dicen que no le gustan las matemáticas lo dicen porque nunca les resultaron claras; cuando se les explica y las entienden, de pronto las matemáticas se vuelven interesantes. Si uno busca el entendimiento será más fácil captar el interés”.

Ganem concluye que “la ciencia puede otorgar muchos beneficios a la sociedad, pero solamente si se dispersa el conocimiento”.

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