Encontrar en la bodega del Musée du quai Branly, en París, un rico, detallado y desconocido penacho que, dicen, perteneció a Cuauhtémoc; documentar en Marsella un cráneo mixteco con incrustaciones de turquesa y jade, único, pues es una pieza deformada más cercana a las tradiciones mayas; y registrar la historia de una escultura de Cihuateotl en Escocia, donde fue hallada enterrada en una granja y era utilizada como espantapájaros.

También hallar en un monasterio de Roma cinco óleos mandados a hacer a un pintor italiano con las apariciones de la Virgen de Guadalupe pero que retratan a un Juan Diego como un piel roja, con vestido de cuero, chaquiras y plumas en la cabeza y en dos de esas imágenes observar a la Virgen de Guadalupe más como una madona europea; encontrar que la patrona de México es también la patrona de toda una región en un valle montañoso de Italia, conocido como es Santo Stefano de D´Aveto, cerca de Genova; o hacer el hallazgo de dos pinturas inéditas de Cristóbal de Villalpando en una pequeñísima iglesia de París, que fueron robadas y luego recuperadas, son algunas de las 600 piezas que se reúnen en el libro México insólito en Europa, de Miguel Gleason.

El volumen de lujo, ricamente ilustrado y publicado por Fagra Editorial, complementa el trabajo que durante cerca de 13 años ha desarrollo el comunicólogo mexicano Miguel Gleason con el fin de documentar y registrar los miles de objetos de origen mexicano que existen fuera del país. En entrevista, el investigador asegura que en este libro se congregan más de 600 fotos en 250 páginas, seleccionadas de entre las cerca de 9 mil de las que ha dado cuenta en seis proyectos de DVD multimedia con el patrimonio mexicano.

En esa labor de registro y documentación, Miguel Gleason tuvo que desplazarse por 320 ciudades de Europa, cubriendo así cerca de 450 museos, iglesias, bibliotecas y organismos con obras de origen o de tema mexicano. En ese trabajo realizado en cerca de 13 años ha videograbado alrededor de 150 entrevistas con especialistas, tanto mexicanos como europeos, con el objetivo de analizar dicho patrimonio.

“Es un libro que me gusta particularmente porque decidí darle el ángulo de lo insólito, lo extravagante, lo estrafalario, lo raro, lo extraño; y en ese sentido también están los objetos más bellos del patrimonio cultural mexicano, porque para mí lo bello es insólito”, asegura el comunicólogo que ha documentado la existencia de arte mexicano de la época prehispánica, novohispana, moderna y contemporánea.

Tras las historias insólitas

Miguel Gleason ha entrevistado a decenas de estudiosos, investigadores, hisoriadores, arqueólogos y un sinfín de especialistas en el patrimonio cultural con el fin de que esas más 8 mil obras que ha documentado se sustenten con una investigación puntual.

“Pretendo con este libro que la información se transmita lo mejor posible, de una manera accesible y que sea verdaderamente interesante. Ya en los proyectos multimedia están incluidas tanto las entrevistas completas, donde los especialistas nos iluminan con sus enseñanzas, como las obras, que se pueden apreciar en imagen y con ficha técnica. Allí pretendí incluir todos los objetos que se encuentran en Europa. Son cerca de 9 mil obras las que tenemos registradas”, señala Gleason.

Con ese espíritu cuenta las historias de piezas insólitas y bellas, como el Penacho de Cuauhtémoc, del que nada se sabía, pues el famoso es el llamado Penacho de Moctezuma; otro de sus hallazgos del arte plumario es una serie de tarjetas de oficios en México, todo un lote que se localiza en la ciudad alemana de Leipzig.

También hay piezas más contemporáneas como en el Museo de Arte Gehrke-Remund, en la ciudad alemana de Baden-Baden, que posee 123 réplicas en la colección denominada Frida Kahlo Made in China. O esos árboles de la vida singulares realizados por el artesano de Metepec, Tiburcio Soteno, para un coleccionista francés quien le pidió un árbol gigante de 120 metros y varios otros con alegorías de Van Gogh y Picasso, entre otros; o la escultura de 'Cantinflas' y Don Manolito, que está en el Museo de las Fallas en Valencia.

Ni qué decir de las dos pinturas, también inéditas, de la Plaza Mayor y de la Plaza El Volador en México, que se encuentran en la residencia del primer ministro de la República de Malta.

En el prólogo del libro, el historiador mexicano Miguel León-Portilla asegura que México insólito en Europa es como emprender un recorrido “por un enorme museo que presenta cerca de 8 mil 800 piezas, conservadas en sitios desde España e Italia, hasta Francia, Inglaterra, Alemania y otros países nórdicos y de Europa Central”; algo así, agrega, como “un cuerpo de embajadores que dan a conocer lo que a través de milenios se ha creado en tierras mexicanas”, concluye León-Portilla.

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