De acuerdo con Soraya Azan, especialista Senior de la Dirección de Análisis y Programación Sectorial del CAF, las ciudades del futuro deben ser amables, productivas, conectadas, receptoras, inclusivas y multiculturales. Deben ser ciudades interconectadas con territorios vecinos y con el mundo en forma física y digital, en donde las opciones para moverse sean múltiples y el desarrollo le permitan al ciudadano acceder a las actividades, utilizando distintos modos integrados y limpios que va desde caminar hasta cualquier modo de transporte.

La ciudad del futuro se vive en el espacio privado, pero también en el público como extensión de la casa. Y este reto exige cambiar los viejos paradigmas de diseño urbano y apostar por diseñar para la gente y desde la gente. La experta destaca los cambios que en la materia han emprendido ciudades como Nueva York, Curitiba, Barcelona, Ámsterdam, Santiago de Chile, Medellín y Bogotá, las cuales han venido implementando procesos sostenibles de planeación.

Por su parte, Rosario Marques, presidente de la Cámara de Comercio e industria luso colombiana, considera que estas ciudades se anticipan más verdes, con más construcción sostenible, eficientes en términos energéticos y con edificios ecológicos, que atienda a las exigencias de la construcción de menos ruido, más rapidez, menos impacto ambiental, menos polvo y residuos.

En lo ambiental, dice Azan, estamos en un buen momento de compromisos a nivel mundial y de un alto nivel de organización ciudadana que impulsa la reducción de emisiones contaminantes y el cuidado de los bosques urbanos, la reducción de desechos y la conservación y protección del agua.

Según cifras del Banco Mundial, para el 2030, se estima que el 60% de la población mundial vivirá en áreas urbanas, lo que, indudablemente, demanda grandes desafíos para las ciudades, especialmente para las urbes latinoamericanas.

jpe

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