En situaciones de emergencia, hay cirugías que resultan más riesgosas. Investigadores estadounidenses se dieron a la tarea de establecer cuáles resultan más letales en estas situaciones.

La lista, elaborada por un equipo liderado por Joaquim Havens, profesor de cirugía de traumas y emergencia del Hospital Brigham and Women’s, en Boston, está encabezada por procedimientos gastrointestinales, dado que muchas veces deben practicarse sin mayor preparación.

En el "top" de esta clasificación están la extirpación parcial del intestino grueso o delgado, la cirugía para reparar una úlcera sangrante o rasgada, la separación de órganos abdominales que se han adherido entre sí, la extirpación del apéndice y de la vesícula biliar, y la cirugía abdominal abierta.

Al respecto, Havens explicó: “Nuestro tracto intestinal está muy especializado y es muy crítico para nuestra existencia. Creemos que es fácil de operar, pero en la práctica es muy difícil para los pacientes”.

De hecho, en Estados Unidos siete tipos de operaciones, entre ellas la apendicectomía y la extirpación de la vesícula biliar, conforman cuatro de cada cinco muertes durante una cirugía general de emergencia.

La investigación, divulgada en la reciente edición de la revista Jama Surgery, se concentró en la cirugía general de emergencia en dos días desde que el paciente fue admitido en el hospital.

Este tipo de procedimientos, según los autores del estudio, son inherentemente más riesgosos, porque se practican con poca o ninguna planificación o preparación por adelantado, o en pacientes en situaciones muy graves. En estos casos las complicaciones se dan por sangrado gastrointestinal, una obstrucción intestinal o infecciones graves del tracto digestivo.

De hecho, los científicos aseguran que cuando la gente se ve forzada a someterse a una cirugía de emergencia es hasta ocho veces más propensa a morir que quienes planean estas intervenciones.

Para llevar a cabo el estudio se analizó una base de datos de reclamaciones de más de 421 mil pacientes estadounidenses que se sometieron a una cirugía general de emergencia entre los años 2008 y 2011.

Los procedimientos relacionados con el corazón y la cirugía practicada por eventos traumáticos, como los accidentes de carro, se excluyeron del análisis.

“Encontramos que incluso los pacientes que se someten a una cirugía de corazón abierto tienen mejores resultados que los pacientes que se someten a una cirugía intestinal abierta”, aseguró uno de los investigadores en Medlineplus.

Finalmente, los autores del trabajo –que insisten en que el propósito no es generar pánico– señalan que las personas pueden reducir los riesgos de eventuales operaciones de este tipo si protegen su salud con buenos hábitos alimentarios, toman juiciosamente los medicamentos que se les recetan y piden atención médica a tiempo.

Recuerdan, por ejemplo, que un dolor abdominal que dura más de unas pocas horas, debe ser evaluado por un profesional.

kal

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