La criatura, ese ser concebido por el doctor Víctor Frankenstein en la novela de Mary Shelley que lleva el mismo nombre, y que popularmente es confundida como la responsable de darle el nombre al famoso libro de ciencia ficción, estuvo a punto de causar la extinción de los humanos. Sin embargo, el doctor Frankenstein lo impidió, de acuerdo con un estudio publicado recientemente en la revista Bioscience.

Los investigadores Nathaniel Dominy y Justin D. Yeakel, de la Universidad de Dartmouth (Estados Unidos), quienes estudiaron los detalles científicos de la obra de Shelley, se encontraron con que, en una escena del final del libro, la autora inglesa describió el principio evolutivo de la exclusión competitiva, el cual solo fue planteado formalmente en 1939, 121 años después de que Shelley publicara Frankenstein, en 1818.

Según los científicos, esto ocurre cuando la criatura le pide a Víctor Frankenstein que le construya una pareja para mitigar su soledad. La criatura distingue sus necesidades dietéticas de las de los seres humanos y expresa además su disposición a habitar en las “selvas de América del Sur”,sugiriendo exigencias ecológicas diferentes.

Aunque al principio el hombre accede, considerando que las probabilidades de un encuentro humano con el monstruo eran bajas, al final declina a la solicitud de este, tras contemplar el peligro que podría representar para la humanidad el potencial reproductivo de la criatura, un concepto denominado exclusión competitiva.

“Este principio de exclusión competitiva no se definió formalmente sino hasta la década de 1930”, dijo Dominy, profesor de antropología y ciencias biológicas en Dartmouth.

Dominy y Yeakel desarrollaron un modelo matemático basado en la densidad de población en 1816 y encontraron que “las ventajas competitivas de la criatura variaron bajo diferentes circunstancias”.

“Dado el dominio de Shelley del concepto fundacional de la exclusión competitiva, utilizamos herramientas desarrolladas por ecologistas para explorar qué tan rápido una población en crecimiento de criaturas, podría haber llevado a los humanos a la extinción”, asegura Dominy, y agrega que, de acuerdo con sus cálculos, una cantidad inicial de dos criaturas habría llevado a la extinción de la especie humana en tan solo 4 mil años.

Para la Universidad de Dartmouth, aunque se trata de un experimento meramente hipotético, da nuevas luces sobre un “horror subyacente en la novela: nuestra propia extinción”. Además, apunta a implicaciones reales sobre la forma como entendemos la biología de las especies invasivas.

jpe

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