Los dos astronautas chinos que han vivido durante el último mes en el espacio dieron hoy por completada su misión y emprendieron el viaje de regreso a la Tierra.

El sitio de aterrizaje previsto, situado en la región china de Mongolia Interior (norte), ya está listo para recibir a la nave espacial Shenzhou-11, que es la sexta con tripulación a bordo que lanza China y la más larga de su historia.

Una división de aire, que por primera vez utilizará drones, y una unidad de tierra supervisarán la maniobra de aterrizaje, dijo uno de los responsables de la base, Li Junzhi, a los medios de comunicación oficiales chinos.

La nave espacial Shenzhou-11, con los astronautas Jing Haipeng y Chen Dong, se separó a las 12.41 hora de Pekín (04.41 GMT) del laboratorio orbital Tiangong-2, al que ha estado acoplado desde el pasado 19 de octubre.

Tras la desconexión, la cápsula se quedó en el espacio a 120 metros del laboratorio a la espera de recibir desde el Centro de Control Aeroespacial de Pekín la orden para iniciar la maniobra de reentrada en la atmósfera y aterrizaje, en la que se calcula que emplearán alrededor de un día.

"Todo el proceso de separación fue muy tranquilo. Tanto el Tiangong como la nave espacial completaron sus movimientos designados", declaró a la cadena de televisión CCTV el responsable de la maniobra en el Centro de Control Aeroespacial, Chen Xianfeng.

"Durante el curso de la separación, la parada a 30 metros, la parada a 120 metros, la separación final y el movimiento de la nave para reiniciar el vuelo, todos ellos, fueron muy buenos", precisó Chen.

Los astronautas habían entrado previamente en el módulo de reentrada, en el que transportan, de vuelta a la Tierra, resultados y muestras de los experimentos científicos que han realizado en el laboratorio espacial.

Jing y Chen partieron, a bordo de la Shenzhou-11, desde la base de lanzamientos de Jiuquan (norte), en el desierto de Gobi, el pasado 17 de octubre y, tras dos días de viaje, se unieron al laboratorio Tiangong-2.

Durante los últimos 30 días, llevaron a cabo investigaciones científicas y avanzaron en los preparativos para la futura estación espacial permanente china, que las autoridades esperan tener plenamente operativa hacia 2022.

"La mayoría de los experimentos se han completado y algunos datos se han transmitido a la Tierra. El resto está guardado en tarjetas de memoria que llevaremos a la Tierra debido a su enorme cantidad", explicó Jing, comandante de la Shenzhou-11, en una entrevista con la agencia oficial Xinhua.

"Los vegetales cultivados en el espacio y los capullos de gusano de seda también serán transportados. También llevaremos las muestras de orina y saliva, así como las muestras de microorganismos para su análisis", añadió el veterano astronauta, de 50 años y a punto de terminar su tercera misión espacial.

Las últimas horas de los astronautas en el espacio estuvieron dedicadas a la limpieza del laboratorio espacial, algo que Chen comparó, también en declaraciones a Xinhua, con "cerrar el agua o apagar la electricidad antes de salir de casa para mucho tiempo".

"El Tiangong-2 será usado a largo plazo y se acoplará con las naves de carga espacial. Tenemos que asegurarnos de que la electricidad, el agua, el gas y las comunicaciones están funcionado de manera adecuada", señaló este astronauta, de 38 años, que debuta en una misión espacial.

Los astronautas aseguraron que los preparativos para su viaje de vuelta habían sido "agotadores" y Chen confesó sentirse algo "reacio" a abandonar el que se ha convertido en su hogar espacial en el último mes, a la vez que "feliz" de regresar a la Tierra.

jpe

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