Paradas de autobuses, mercados, maquiladoras y campos agrícolas son espacios en donde es común encontrar a menores de edad trabajando para ganar dinero.

El trabajo infantil es un fenómeno multifactorial, consecuencia de la pobreza, el desempleo de adultos y la falta de controles educativos, comentó la doctora María Antonieta Barrón Pérez, profesora de la Facultad de Economía de la UNAM.

La académica, quien ha realizado investigaciones sobre niños jornaleros, precisa que en las zonas rurales los menores suelen trabajar en la agricultura intensiva y donde no hay control oficial.

Ahí los pequeños están expuestos a diferentes riesgos como el uso de plaguicidas y agroquímicos, jornadas laborales exhaustivas y sin la garantía de un servicio médico al que puedan acudir en caso de accidente.

Este panorama, no es muy diferente en las zonas urbanas, donde el trabajo infantil se encuentra diversificado entre el comercio informal, el trabajo doméstico y otras formas de empleo no formal. Lo grave es que tanto en el campo como en la ciudad, corren el riesgo de ser usados en actividades como la prostitución o el narcotráfico.

Una definición

La Organización Internacional del Trabajo marca una distinción entre las actividades laborales que benefician a los infantes y el trabajo infantil.

Las primeras permiten a los niños y niñas desarrollarse íntegramente, les generan experiencia, además no afectan su formación escolar ni atentan contra su salud. Aquí se incluyen las colaboraciones en el hogar o en negocios familiares.

En cambio, el trabajo infantil engloba actividades que realizan los menores de 14 años por un pago, así como las labores no remuneradas que desempeñan para ayudar a adultos que sí reciben un salario, explicó la doctora.

Este fenómeno acarrea varias consecuencias negativas como el analfabetismo, ya que para trabajar los infantes casi siempre abandonan la escuela.

Con el paso del tiempo, señaló la investigadora, la falta de preparación académica reduce las oportunidades de obtener mejores empleos, manteniendo así el esquema de pobreza.

Para profundizar en el impacto de la pobreza en la salud, en la educación y en otros ámbitos, la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM organiza la mesa redonda “Más ciencia, menos pobreza”, con la participación de Julio Boltvinik y otros destacados especialistas. El evento será el 4 de octubre a las 18:00 hrs. en el Teatro Universum, del Museo de las Ciencias. La entrada será libre.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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