La dalia es una flor endémica de México. Consta de 35 especies de las cuales, alrededor de cuatro están en peligro de extinción.

El 13 de mayo de 1963, el entonces presidente Adolfo López Mateos expidió un decreto, mediante el cual la declaró “Símbolo de la Floricultura Nacional”, en todas sus especies y variedades. Sin embargo, la flor no figura hoy en los mercados locales.

La belleza de la dalia ha maravillado al mundo entero por su diversidad en formas y colores, recordó Robert Bye, investigador del Instituto de Biología de la UNAM.

“En diversos países de Europa, la flor es reconocida y cotizada; en México, poco interés se ha mostrado por ella, de hecho, la mayoría de los dueños de viveros adquieren el material para cultivarla en Holanda y la transportan in vitro para sembrarla”, comentó.

La dalia es comestible y tiene además usos medicinales. Los nativos mesoamericanos, detalló el especialista en plantas, la utilizaban contra la tos crónica, como tónico diurético, y para disminuir los cólicos.

En la actualidad los indígenas mixtecos de Oaxaca siguen consumiendo los tubérculos frescos de dalias silvestres para obtener carbohidratos y agua.

El cultivo de la dalia en nuestro país se remonta a la época de esplendor del Imperio Azteca cuando su belleza cautivó tanto a los gobernantes mexicas, que iniciaron los procesos de domesticación de la planta.

En el Museo Arqueológico de Xochimilco, informó el biólogo, se exhiben algunas formas florales talladas en piedra correspondientes a la cultura xochimilca, en donde se muestra lo que se interpreta como una dalia de forma sencilla, con lo que se evidencia la importancia de esta flor entre los floricultores mexicas.

Su historia por el mundo

Después de que se cultivara durante el Imperio Azteca, la dalia fue genéticamente modificada y enviada al viejo continente dentro del inventario de recursos registrados.

A partir de 1818, se continuaron los trabajos de mejoramiento genético que permitieron el desarrollo de plantas que expresaron una enorme variación en tamaños, formas y colores, iniciando así el registro de variedades y su publicación en catálogos europeos y norteamericanos.

El doctor Bye refirió que aun cuando las primeras semillas de la dalia llegaron a España como resultado de las expediciones enviadas por la Corona Española, el material genético que el naturalista alemán Alexander von Humboldt colectó durante su exploración por territorio mexicano en 1803, constituyó la base genética que amplió y diversificó la horticultura ornamental de dalia en Europa.

Dirección General de Divulgación de la Ciencia, UNAM

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