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La empresaria Marinela Servitje, una de las herederas de Grupo Bimbo y directora general de la empresa de diseño Sietecolores, tiene un reto claro y desafiante en su carrera, mantenerse lejos de la corrupción en los concursos y licitaciones públicas donde participa para ganar proyectos, apoyada en una filosofía forjada en la panificadora más grande del mundo.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Servitje Montull, quien dio origen al nombre de una de las marcas más importantes de México, afirma que urge mayor ética en los negocios y sugiere exhibir a servidores públicos para reducir la “tranza”, pues ella misma ha recibido propuestas de diputados para obtener recursos de forma engañosa.

En su oficina de Paseo de las Palmas, en la Ciudad de México, la hija de Lorenzo Servitje, uno de los fundadores de Grupo Bimbo, anticipa que este año van a inaugurar tres museos.

Como empresaria en Sietecolores y su cercanía con Bimbo, ¿qué retos ha visto en los negocios?

—Sabemos que los concursos y las licitaciones muchas veces no se manejan éticamente, por eso hemos querido que todos los proyectos ganados sean de forma limpia y nos mantenemos en la idea de no entrar en un proceso de corrupción, para nosotros eso ha sido el reto más importante.

Preferimos no tener ciertos proyectos antes que incurrir en prácticas poco éticas. Cuando estaba en Papalote no estaba expuesta a darme cuenta del tamaño de la corrupción en el país, hace años que empezamos Sietecolores me di cuenta que estamos rodeados de este ambiente que debemos desterrar.

La palabra ética, ética en los negocios, en México hay que gritarla fuertemente y todos los empresarios, ciudadanos, debemos hacer negocios sin entrar en la tranza y no decir que vamos a pagar para ganar. Este creo que ha sido mi reto más grande y de Sietecolores, mantenernos limpios y lo seguiremos haciendo, por eso nos hemos ganado la confianza, porque saben que no vamos a jugar ese juego.

¿Cómo enfrenta este tema?

—Un consejo es mantenerse en la posición de no entrar en la corrupción. Puedes ganarte proyectos porque eres el mejor y hemos tenido problemas de financiamiento, trato siempre que los gobiernos nos paguen a tiempo.

Debemos ganar porque somos los mejores, no estar repartiendo dinero. No damos sobornos y nos hemos mantenido a veces con dificultades, hemos tenido años difíciles, pero lo han sido porque no nos hemos dejado.

¿Qué herramientas pueden aminorar este factor de la corrupción?

—Todos debemos empezar a denunciar. Tal vez se tiene que hacer una aplicación para denunciar y exhibir a aquellos que piden una mordida o dinero por un favor. Sabemos que no dar dinero te lleva más tiempo, en México lo piden si quieres que salga rápido, al final sabes que te tardarás mucho más en el trámite, pero vas a lograrlo.

¿Qué corrupción ha enfrentado?

—A mí me han llegado a decir muchachos jóvenes, diputados, ‘Marinela te consigo dinero para un proyecto pero tú me das 10%’, han estado aquí sentados en esta oficina y me dicen ‘Marinela lo disfrazamos como asesoría, dizque te asesoro pero te consigo recursos federales, pero me vas a dar..’, y entonces les digo: no, yo puedo conseguir recursos federales y sin dar un peso.

Ante retos como salario mínimo, pobreza y deficiencias en la calidad de vida de los mexicanos, ¿cuál es su posición como empresaria?

—Mi propuesta es que todas las escuelas del país tengan los mismos niveles y estándares. Las escuelas indígenas o multigrado puedan tener los mismos niveles de las urbanas. Después dar oportunidades económicas, pero debemos empezar con una buena escuela, no podemos tener escuelas de primera y de segunda.

¿Qué impacto ha dejado la familia Servitje al país?

—Ser plenamente humanos y altamente productivos, esa es la misión. Bimbo está mejorando cada vez más sus productos, bajando contenido de grasas y azúcar, usar energías renovables, ese es otro de los temas, ser responsables con el medio ambiente.

Mi padre está en una edad muy avanzada, afortunadamente vive, y las últimas pláticas que tenemos con él nos sigue diciendo: ‘crean en México, apuéstenle a México, y hagan un mejor país’. Esta idea la tenemos todos en la familia, se puede ser mejor.

De su compañía Sietecolores, ¿cuáles son sus expectativas?

—Este año empezamos muy bien, traemos cerca de 20 proyectos. Este año vamos a inaugurar tres museos, el Museo Trapiche en Los Mochis, Sinaloa; el Museo Acertijo, en Gómez Palacio, Durango, y el Papalote Museo del Niño en Monterrey, Nuevo León.

Traemos el museo Mazatlán, que empieza su construcción este año y se inaugura posiblemente en 2017-2018. Hay otro proyecto de museo en Querétaro para 2017, y contamos con otros proyectos en Tequila, Jalisco. Nos están invitando a Acapulco para hacer el Museo de los Niños.

Fue grandioso que nos buscaran de Arabia Saudita para hacer la zona de niños en un centro muy importante con Aramco, la empresa petrolera más grande de Arabia, y otro museo en Berlín, nos están buscando.

De los proyectos que inauguran, ¿cuál fue la inversión requerida?

—Papalote Museo del Niño en Monterrey fueron 505 millones de pesos; en Los Mochis estuvieron en el orden de los 300 millones de pesos y en el Acertijo están cerca de 200 millones de pesos, entonces suman mil millones.

Como parte de Bimbo y ahora en Sietecolores, ¿qué elementos considera fundamentales para impulsar el crecimiento de una empresa?

—Primero tener muy claro que la empresa se hace de personas, esa es la filosofía de Bimbo y Sietecolores. Lo segundo es tener un producto de excelencia, de lo contrario no tienes nada que ofrecer.

Y en tercer lugar conocer muy bien al cliente, el secreto de Bimbo también ha sido la cercanía con el cliente, en Bimbo son las tiendas, y en Sietecolores son los gobiernos o patronatos, hay que tener una relación cercana con ellos, una franca comunicación.

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