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La firma auditora KPMG presentó un estudio sobre la industria refresquera mexicana, el cual fue pagado por la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (ANPRAC) y buscó minimizar el impacto del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) sobre la venta de bebidas azucaradas.

“El rol que tenemos es evaluar de manera autónoma, la información objetiva, todo el tiempo estamos validando con datos de Inegi, estadísticas oficiales, y de alguna forma validamos el comportamiento del desempeño como lo van reportando en este caso ANPRAC”, comentó Oscar Silva, socio del área Global Strategy Group de KPMG en México.

Durante la presentación del estudio no se mostraron datos del impacto del impuesto por tipo de presentación (tamaño de los envases) ni categorías (sabores o tipo de bebidas) en el periodo de 2013 a 2014. Tampoco se incluyeron cifras sobre los incrementos de precios y hubo datos parciales sobre el uso de agua de las refresqueras.

“La realidad es que la ANPRAC está pagando por este estudio, pero una de las fortalezas de nosotros como KPMG es que jamás presentaríamos información no fidedigna”, dijo.

Aunque los directivos reconocieron no tener información relacionada con el impacto a la salud de los mexicanos, dieron su posición sobre el tema y rechazaron que haya una relación directa entre la obesidad y la diabetes en México con el consumo de refrescos.

“En términos de salud, no somos expertos en salud, no hemos hecho un análisis, y honestamente creemos que armar una correlación directa entre únicamente el refresco y el tema de salud de la población, sería simplificar demasiado todas las variables de impacto”, dijo.

Lorenzo Gómez Morín, gerente del área Global Strategy Group de KPMG en México, reconoció que los datos presentados por KPMG serán utilizados para su futuro análisis.

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