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Para no distorsionar las condiciones de competencia entre el uso del diesel y el biodiesel, se propone al Congreso dar un estímulo fiscal de forma pareja.

Para 2017, el Ejecutivo considera que los contribuyentes que adquieran este combustible no fósil, como el biodiesel, pueden acreditar el impuesto especial sobre producción y servicios, IEPS, contra el ISR.

En la iniciativa se explica que es necesario para no afectar los precios relativos entre ambos combustibles y sus mezclas.

Actualmente, el IEPS causado por la enajenación del diesel, es un gravamen que se repercute vía precio a las empresas, las cuales pueden acreditarlo contra el ISR, derivado de las reformas que sufrió el IEPS a partir de 2016.

Se necesita armonizar su tratamiento fiscal para estar en condiciones de igualdad, se señala en la exposición de motivos que se ponen a consideración de los legisladores.

Así, las personas que realicen actividades empresariales y compren biodiesel y sus mezclas para consumo final, van a gozar del incentivo, siempre y cuando se utilice sólo como combustible en maquinaria en general, excepto en vehículos que no sean marinos. También está dirigido para autotransporte público y privado de personas o de carga así como turístico.

Va a aplicar siempre y cuando se cumpla con lo que se establece en la Ley de los Impuestos Generales de Importación y de Exportación, en la que se define al biodiesel como los ésteres monoalquílicos de ácidos grasos de los tipos utilizados como carburantes o combustibles, derivados de grasas y aceites animales o vegetales, incluso usados y sus mezclas, siempre que no contengan aceites de petróleo, ni de minerales bituminosos, o que los contengan en una proporción inferior a 70%, en peso.

La homologación del estímulo fiscal se da en el momento en que el Ejecutivo también propone adelantar en 2017 la liberalización de los precios de las gasolinas y el diesel

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